1945, se consuma la victoria, ¿pero victoria de quien?

 

 



 

Cuando Japón se deslumbro ante los mañosos informes de los agentes secretos de Rockefeller y atacó a Pearl Harbor, en vez de atacar a Rusia, por insospechado camino estaba facilitando así su derrota. El Mikado creyó más conveniente atacar y ocupar colonias desguarnecidas que cumplir su alianza con Hitler y liquidar al marxismo judío.

 

Las fuerzas armadas del Japón eran mucho menores de lo que realmente se creía. Descontando sus grandes ejércitos (pero no motorizados) inmovilizados en China, solo disponía de 400.000 soldados (26 divisiones) y 3000 aeroplanos, para su campaña a través de 5000 kilómetros de mar. Desde Tokio hasta Birmania y Sumatra y desde las islas Salomón hasta Guam, los japoneses lograron triunfos espectaculares, pero atomizaron sus escasas fuerzas operativas al ir dejando guarniciones en cada posesión capturada. En cuanto los Aliados dispusieron en 1943 de 10 Divisiones (4 americanas y 6 australianas), la suerte de Japón quedo sellada. Sus contingentes no podían agruparse en una sola isla, en tanto que los atacantes iban pegando con fuerza concentradas en cada de una de las débiles y dispersas posesiones japonesas. A partir de ese año la derrota del Japón empezó a avanzar con lentitud, pero inflexiblemente.
En el Pacifico no llegaron a librarse batallas gigantescas como las de Europa, donde las divisiones contendientes se contaban por centenas y los tanques por millares. La mayor batalla mecanizada de los japoneses ocurrió en Malaca con 150 blindados. Esto correspondía por ejemplo a ataques de exploración en el frente germano-soviético.

 

Los norteamericanos no tuvieron necesidad de usar contra el Japón ni una sola división blindada, en tanto que lanzaron 16 divisiones contra Alemania, además de las fuerzas acorazadas inglesas, francesa y soviéticas. Otra de las mayores batallas del Pacifico fue la de la isla de Okinawa, antesala de Tokio y también resulta insignificante comparada con las fuerzas de Europa.

 

Ciertamente los japoneses pelearon con fanatismo suicida, pero sus contingentes y equipos eran reducidos.

 

En Okinawa lanzaron a la lucha hasta el personal de servicio y sin embargo el total de combatientes fue apenas de 114.000 hombres. Con la muerte de Hitler y el desplome de Alemania, consumado el 7 de Mayo de 1945, toda remota esperanza de triunfo desapareció para el Japón.

 

A partir de entonces solo prosiguió la lucha mientras procuraba condiciones mejores de paz. Se empeño de lograr algo mediante la prolongación de la resistencia se frustro el 6 de Agosto del 45. Mientras una muchedumbre confiada presenciaba en Hiroshima el vuelo de 2 aviones norteamericanos que al parecer eran de observación (supuesto que las alarmas no habían sonado), la primera bomba atómica utilizada en una guerra estallaba sobres sus cabezas, en el aire y 70.000 perecieron en una pira gigantesca cuyo humo era visible a una distancia de 280 kilómetros de distancia.

 

Otros 160.000 quedaron heridos de los cuales 130.000 murieron tras larga agonía o por complicaciones. En total la ciudad tenía 320.000 habitantes. Dos días más tarde Rusia declaro la guerra al Japón, 24 horas después una segunda bomba (equivalente a 20mil toneladas de TNT) arrasó Nagasaki. Al día siguiente Japón capituló incondicionalmente. Pese a que el general Yamashita y siete más fueron ahorcados, Japón no sufrió una paz tan dura como la impuesta a Alemania. En apariencia esto era otra paradoja incomprensible de la guerra, ya que durante muchos años Japón alentó el odio hacia el pueblo norteamericano, en tanto que Alemania se esforzaba por mejorar su amistad con Inglaterra y Estados Unidos. Además los japoneses habían atacado alevosamente a Pearl Harbor, en contraste con Alemania que durante dos años guardo discreto silencio ante las provocaciones de Roosevelt. No obstante esas diferencias, Japón se libró de un desmantelamiento militar e industrial tan grande como el realizado en Alemania.

 

El número de ejecutados y detenidos fue también incomparablemente menor en Tokio; el Emperador siguió en su trono; gran parte del personal oficial continuó manejando la vida política japonesa y después de poco tiempo el ejercito nipón fue reconstruido. La razón de que los japoneses resultaran mucho mejor librados que los alemanes-pese a que estos últimos no agredieron al pueblo norteamericano y los japoneses sí, fue que los nipones no libraron una guerra ideológica contra los intereses del movimiento político judío. Su guerra era una aventura de rapiña a costa del pueblo norteamericano, pero no se enfocaba contra el movimiento político sionista. Por otra parte los japoneses hicieron correr sangre de malayos, chinos, birmanos, indochinos, australianos, ingleses, filipinos y norteamericanos, pero… ¡ en Asia no había casi judíos ¡ Por eso allí prácticamente no existieron crímenes contra la “Humanidad” (1). Con la caída del Japón quedo consumada la victoria. ¿Pero victoria de quien?, ¿triunfaron las democracias?, ¿Triunfo la Civilización Occidental?, ¿Triunfo Polonia que había sido el pretexto inicial de la guerra?, ¿triunfaron Checoslovaquia, Austria, Hungría y Bulgaria a quienes Roosevelt lloraba como victimas del Nazismo? El pueblo francés ¿se sentía ya más tranquilo ante la amenaza bolchevique que ante la Alemania nazi que en 1939 le ofrecia la amistad y la paz?, ¿Acaso el pueblo británico mejoró sus colonias y nivel de vida? ¿El pueblo norteamericano se vio libre de amenazas, tal como lo prometía Roosevelt? ¿Las religiones disfrutaron de mayor libertad en Europa Oriental y Asia? ¡Fue todo lo contrario!... 697 millones de seres humanos que antes eran más o menos dueños de su destino quedaron súbitamente asidos por el comunismo. Millones de cristianos fueron perseguidos por su fe en Europa central y oriental y miles de sacerdotes volvieron a sufrir las vejaciones de la época de las catacumbas. El Kremlin tornó a enfatizar ”que la religión es un subproducto amoral de la burguesía y se le opone, para salvar el proletariado, la doctrina científica del marxismo”. Inglaterra comenzó a padecer el desgajamiento de su Imperio con la pérdida de cuatro colonias y 446 millones de súbditos. Desde antes que terminara la guerra.

 

Churchill fue apremiado por Roosevelt para que acelerara ese desmembramiento. Por eso el historiador inglés Grenfell dice que ocurrió la paradoja de que mientras Alemania quería que subsistiera el Imperio Británico, Estados Unidos se hallaba resuelto a destruirlo. Francia engañada con la falsa “victoria”, sufrió 105.000 ejecuciones en los primeros 6 meses de su “democrática” liberación y luego se le obligo a prescindir de su dominio colonial y perdió su fuerza de potencia de primer orden. Y el pueblo norteamericano (cuya deuda pública subió en 231 millones de $) palpó sorprendido que lo que estaba ofreciéndosele bajo ropajes de victoria era el más tenebroso de los engaños.

 

Docenas de pueblos habían sido engañados y arrastrados a la guerra mediante la promesa de que seria la última por afianzar su bienestar y futuro. Pero así como ellos no eran los promotores de la contienda, tampoco eran los dueños del botín. En el juego político del ajedrez mundial solo les tocaba”sangre, sudor y lagrimas” El único victorioso fue el movimiento político judío. Y ni Alemania, ni Hitler, ni el nacionalsocialismo fueron los únicos que cayeron en la lucha. Junto con ellos la Civilización Occidental sufrió la más siniestra de sus derrotas desde que nació bajo los fulgores de Atenas y Roma. La guerra de 1939-1945 terminó con una Derrota Mundial. Derrota del pueblo ruso, cuya esclavitud fue reforzada y derrota de Occidente que quedo más expuesto a la traición y el asalto enemigo. Para el Imperio Soviético que el judío Marx engendro en teoría y que otros judíos materializaron en la URSS, sí hubo victoria. Para el Trono de Oro, para ese poder económico de Magnates hebreos de Bolsa que medran protegidos tras el poder político de cada nación, también hubo más jugosos dividendos que acrecentaron sus tesoros a costa del empobrecimiento de las masas. Y para los sionistas de Israel, que hace 2000 años se dispersaron por el mundo, también brilló la aurora del triunfo y recuperaron fronteras, gobierno y un sitio en la ONU.



 

La ONU dio un tácito apoyo para que los judíos atacaran a los árabes y fundaran el Estado de Israel mediante la fuerza, pese a que esto se hallaba en pugna con los principios anteriormente sustentados por la propia ONU. En medio de matanzas -silenciadas por el monopolio informativo mundial judío-un millón de habitantes árabes fueron arrojados al desierto sin que esto lo presente nadie como”crímenes contra la Humanidad” El mundo árabe declaro la Guerra Santa pero bien pronto se vio que los israelitas no habían descuidado aspecto de su conquista. Mientras ellos recibían abundantes armas modernas, los árabes se quejaban de que recibían armas obsoletas o con calibres diferentes a las suyas o municiones defectuosas. Años más tarde se supo que esto era obra de saboteadores que operaban en los altos círculos de Egipto. Cuando al fin la oficialidad logro derrocarlos-junto con el Rey Faruk-ya era demasiado tarde. Israel surgió bajo el patrocinio de judíos americanos y soviéticos. Su primer Presidente Ben Zvi nació en Rusia y fue revolucionario bolchevique desde 1905, su sucesor Chalman Chazar también procede de la URSS, lo mismo que el premier Ben Gurion, la Ministra de relaciones Exteriores Golda Mayerson y otros funcionarios. Y Morgenthau Secretario del Tesoro de los EEUU en la época de Roosevelt se fue a Israel como Ministro del Tesoro. En 8 años Washington suministro a Israel 257 millones de $, a costa del contribuyente americano, abrumado por impuestos y la ayuda a continuado”.