Asesinato ritual judío

 

CHICAGO 1955

 

El caso de los niños Schuessler y Grimes

 

 

La comunidad Judía de Chicago una de las más adineradas en el mundo, ha ejercido siempre un grado sumamente poderoso de influencias en la escena de la Windy City, una influencia similar en alcance y poder (y sí no mas) que la de los sindicatos del crimen organizado italiano, más siniestro por ser lejos menos visible.

 

En octubre de 1955 cuatro niños blancos, dos muchachos jóvenes que eran hermanos y dos hermanas adolescentes, fueron secuestrados y asesinados de una manera que sugería un sacrificio ritual judío, con el objetivo litúrgico de obtener sangre Gentil para mezclarla con el pan matzoh, usado en varias ceremonias esotericas y religiosas Judías como el Purim, Passover, Kol Nidre y Yom Kippur.

 

Los muchachos eran de apellido Schuessler y las muchachas Grimes. Ambos casos quedaron oficialmente sin resolver a pesar de cientos de horas-hombres de investigación por los detectives de Chicago. El caso Grimes, de hecho, apareció en un episodio de MISTERIOS SIN RESOLVER, hace varios años, pero la muestra no llegó más allá.

 

Los casos compartieron claramente características en común. Ambos muchachos, de seis y ocho años de edad respectivamente, y las muchachas de trece y quince, se hallaron desnudos, aunque no habían sido asaltados sexualmente. Según los informes de patologos, se les había mantenido vivos por algo de tiempo después de que se reportaron desaparecidos, aunque el clima frío al que se expusieron los cuerpos impidio determinar el tiempo exacto de su muerte. Los cadáveres mostraban marcas de ataduras en las muñecas v tobillos, lo aue índica que se habían atados o se inmovilizaron. (*)

 

Se habían torturado a todas las víctimas principalmente con cortes pequeños, poco profundos y heridas de perforación, ninguna suficiente como para causar muerte por sí misma. Se determinó que la pérdida de sangre era la causa del oficial de muerte y al pánico debido a pérdida de la sangre y exposición; los cuerpos de los niños estaban "drenados de sangre” según observaron en la escena del crimen.

 

Las dos víctimas mujeres habían sido torturadas por repitidas heridas de perforación en la parte superior del torso, muslos y nalgas, lo que sugiere un elemento sádico sexual en las motivaciones de los asesinos, pero a las dos jóvenes víctimas masculinas se habían traspasado por las manos, muñecas, y pies con armas más grandes, similares a estiletes o punzones de carpintero, que infligen heridas muy parecidas a los llamados estigmas, las heridas de Cristo.

 

Lo interesante sobre estos casos no es que los asesinatos esten sin resolver, sino la vision que por una vez damos a la magnitud de las cosas que los judios sospechosos haran para encubrir los casos del asesinato ritual. En vista del gran interes publico en el caso, había por supuesto muchos medios de comunicación informando de el. El Daily News de Chicago publico una edición de la tarde detallando la naturaleza ritualística de las heridas infligidas en los muchachos Schuessler, comparándolas con un caso anterior en que un muchacho apellidado Peterson se habla hallado muerto con el mismo tipo de heridas, y se especulaba que miembros de un "culto religioso” puediesen estar involucrados.

 

Luego de diez minutos de que la edición llegó a la calle, se enviaron fuera camiones para traerlos a todos; se arrancaron de los kioscos de periódicos todas las copias y se tomaron las placas de impresión desde el edificio de Noticias donde estaban, para ser quemadas.

 

Ocho copias de esta edición fueron obtenidas por una mujer llamada Señora Lyle Clarle dan Hyníng, quien publico un periodico conservador llamado Women's Verice, Cuando llamó la oficina de las Noticias Diaria preguntar por qué el diario se había revocado, se dijo habían llegado demasiadas "quejas" sobre él y era probable que causara “Inquietud racial".

 

La Señora Van Hyning tenia sus propias sospechas y envio al padre de los dos muchachos asesinados, Arnold Schuessler, una copia del concluyente trabajo de Arnold Leese ASESINATO RITUAL JUDIO. Schuessler leyó el librillo y quedó aturdido con lo que aprendio. Entonces, tomó la equivocada decisión de partir hasta la policía y exigirles que se investigara la muerte de su hijos en el ángulo de un posible asesinato ritual. El Alguacil del Condado en aquel tiempo era un Judío llamado Sam Lohman, e inmediatamente puso al Sr. Schuessler bajo arresto por sospecha de haber asesinado a sus propios hijos.

 

Un diputado judio apellidado Horowítz, envió al hogar de Schuessler un pelotón de hombres; tras haber saqueado la casa en busca de "evidencias”, Horowitz, entonces, puso a la Señora Schussler y a su familia bajo arresto domiciliar, prohibiéndoles salir de la casa o hablar con alguien por telefono para que no difundieran “rumores injustificados acerca de los Judíos”.

 

Arnold Schuessler fue sometido a la prueba del detector de mentiras, pasándola por completo y en forma tan satisfactoria como para probar que tenía una coartada contra los asesinatos. En lugar de soltarlo, las autoridades recluyeron a Arnold Schuessler en una institución mental privada en Des Plaines, Illinois, operada por un Dr. Leon Steinfeld.

 

El Sr. Schuessler fue sometido a toda prisa al electroshock, donde murio esa misma tarde en que llegó al "sanatorio", habiendo suficiente publico enterado sobre la muerte extraña del padre, al punto de que se desarrolló una investigación publica del caso de Schuessler y el Dr, Steinfeld se vió forzado a testificar. Allí declaró que Arnold Schuessier padecía de “alucinaciones” y “delirios de paranoia” que “personas seguramente se los inducían desde afuera".

 

En 1955 salieron, a raíz de esto, unos honrados ofíciales publicos. Uno de ellos era el Coronel del Condado, un viejo irlandés llamado Dr. Thomas MeCarron, quien era también una psiquiatra calificado. MeCarron conocía al Dr. Steinfeld desde hacia tiempo. Durante la Segunda Guerra Mundial, se había proseguido a Steinferld por darle varias drogas legales e ilegales a muchachos judios, las que les producian fibrilaciones del corazón, saturación de sus pulmones con un líquido que simulaba la tuberculosis, condiciones nocivas de la piel, etc. para que pudiesen evitar el servicio militar.

 

Steinfeld, según afirmaba, había reunido U$ 2000 por cabeza por cada Yiddishe Mama's Little Bubbeleh que reunió mientras luchaba contra los Nazis como un gran líder. (¿Cúanto podría darse por sus pruebas, como algunos estandartes de una vieja svástica comprada y colgada en su pared, junto con toda una colección de medallas falsas? - NT)

 

El Dr. MeCarron llamó a Steinfeld un mentiroso y un charlatán y entregó todo los documentos en el caso al abogado de distrito, recomendando que Steinfeld fuera juzgado por perjurio y asesinato. También denunció a Steinfeld a los periódicos y públicamente declaró su impresión de que se había asesinado a Arnold Schuessler. En respuesta, recibió una orden del oficial del abogado de distrito de no hacer ningún otro comentario público sobre el caso.

 

Varias noches más tarde, para dar énfasis a la naturaleza seria de la advertencia, una pequeña bomba voló la puerta delantera de la casa de McCarron. Pero hubo por lo menos alguna justicia tardía. Varios días después de que la pesquisa cerró, Leon Steinfeld huyó del país. Voló a Suiza por una "cura de descanso" y se le halló colgado en su hotel una mañana, en un supuesto suicidio.

 

El columnista de un periódico judio Irv Kupcinet estableció una "simpatía consolidada” y poco después de esto se presentó a la viuda de Arnold Schuessler, la madre de los niños asesinados, con U$100,000 aportado por la comunidad judia de Chicago, una suma inmensa de dinero en 1955-56, valor fácilmente equivalente a un par de millones hoy, y una accion muy extraña de los Judíos para ser dada a una víctima Gentil de un crimen, un alemán en este caso, a menos que estuvieran comprando el silencio. Hubiera habido una conexión final con este horrible caso.

 

El autor británico Arnold Leese proveyó cantidades macizas de recortes de noticias e información, incluso una transcripción de las pesquisas, por sus corresponsales en Chicago, y estaba trabajando en una cuenta definitiva del caso Schuessler como uno de los mejores documentados asesinatos rituales Judíos de los tiempos modernos, cuando casualmente murió de súbito en la primavera de 1956. Ninguno de los archivos de Schuessler en los que había trabajado y que les mostró a varios amigos y visitas, se halló en alguna parte en su posesión, cuando se inventariaron sus efectos después de su muerte.

 

Se ató el último cabo suelto.

 

Uno mira hoy esas pequeñas caras tristes de los cartones del envase de la leche, y no puede ayudar, sino sorprenderse...

 

 


 

(*) NOTA: Los cadáveres de los muchachos asesinados presentaban tambien marcas de signos innegablemente cabalísticos que habian quedado impresos en su espalda cuando estaban vivos. Esto hace suponer que fueron colocados acostados sobre una mesa en la que estaban grabados estos símbolos quedando estampados en la piel antes de ser sacrificados, probablemente encima de ese mismo mueble. Los símbolos eran similares a los que aparecen en el Libro de Zohar que prescribe los sacrificios rituales, según las fotos de los expedientes del caso.

 

Fuente: ABERRAZIÓN.