El ejercicio de crímenes rituales por los judíos y su origen ancestral

 

Momentos antes de morir asesinado en las fauces de la judería internacional, el nazista alemán Julius Streicher gritó al público una extraña frase, previo a ser ahorcado (y desangrado) en el circo llamado Juicio de Nuremberg, en 1946. Su grito de denuncia ha generado mucho asombro, comentarios e interpretaciones: "¡LOS JUDIOS CELEBRAN HOY SU FIESTA DE PURIM EN NÜREMBERG...!". ¿A qué se refería Streicher con el término "Purim"? ¿Era sólo una comparación irónica con algún tipo de rito judío o en verdad Streicher había advertido el verdadero sentido de lo que ocurría?...

 

Las fotografías oficiales de Nüremberg muestran a los ejecutados brutalmente cortados de oreja a oreja, pasando por debajo del cuello hasta la garganta, como la forma de sacrificio por corte en el cuello de los corderos y los bovinos en manos judías -ejecución ritual llamada Schema o Schachten- a pesar de que se dice que sólo fueron "ahorcados" y nada más. Incluso, se sacrificó así al cadáver sin vida de Göering, quien se había suicidado en la cárcel al sospechar el destino que le esperaba al final del "juicio". Inmediatamente después de tomadas estas morbosas fotografías, los cuerpos fueron cortados en pedazos y quemados en los mismos crematorios de los supuestos "campos de exterminio", para completar el rito, algo que es descrito abiertamente en todos los libros de historia.

 

El carácter ceremonial de este crimen lo vemos también en esta posterior quema de los cuerpos de los ajusticiados, equivalente a la incineración de las entrañas y las grosuras del animal sacrificado y a la quema de la criatura completa en los ritos de holocaustos bíblicos. Recordemos que los judíos le tienen terror a la cremación de cuerpos, prohibida por ley en Israel, producto de su incredulidad religiosa en el alma y de una existencia reducida únicamente al plano material, lo que les produce supersticiosos y triviales temores sobre lo que le suceda al cuerpo del difunto aún después de su propia muerte, algo que quedó claro al final de la Guerra del Yom Kippur, en donde Israel aceptó liberar presos árabes en un hecho inédito, a cambio de recuperar los cadáveres de soldados judíos que quedaron abandonados en territorio enemigo.

 

Sin embargo, ¿qué tiene que ver este carácter ritual de las ejecuciones de Nuremberg con el término exclamado por Streicher?. Del "Purim", podemos decir que es relativamente bien conocido por la historia, correspondiendo a un acto tipo carnaval que se realiza cada año en todo el mundo por los judíos, en especial por los más ortodoxos, desde hace ya unos 2.500 años ininterrumpidamente. El dios de los judíos, Jehová, es un dios que originalmente necesita proveerse "vampíricamente" de sangre animal... Pero al menos una vez al año requiere de un servicio extra: sangre humana, es decir, de no judío.

 

En los tiempos antiguos esta provisión de sangre era asegurada por los judíos de todo el mundo en la oscuridad de sus secretos escondrijos y sinagogas, y más de una vez han sido descubiertos, en diferentes partes del planeta. Recordemos que los judíos primitivos adoraban al demonio Móloc, dios de esclavos en la antigüedad, que exigía sacrificios animales y humanos entre los que figuraban los primeros hijos de cada matrimonio. La arqueología ha demostrado esto. Aunque la Biblia recomienda no adorar a Móloc pero sí a Jehová, éste último le pide a Abraham una "prueba de fe" sacrificando para él a su primogénito tal como a los corderos. Puede que a fin de cuentas, Móloc y Jehová sean lo mismo. En definitiva, es esta ceremonia anual de sacrificios humanos la llamada "Fiesta de Purim".

 

Es frecuente que un pueblo desprestigie a su enemigo describiéndolo con características salvajes y sanguinarias, como sucedió con los conquistadores europeos que encontraban "caníbales" en todos los continentes que pisaron: África, América, Asia y Australia. El describir a un pueblo como una raza bárbara y hostil, aficionada a prácticas de crueldad y criminalidad es una buena forma de ganarse adeptos y reclutar simpatías para justificar sometimientos o persecuciones. Sin embargo, frente al tema judío y particularmente al Purim, parece que nos estaríamos encontrando frente a una situación completamente distinta y muy real.

 

Julius Streicher, además, era un editor, no uno de los más altos cabecillas del movimiento Nazista. Por Streicher los periodistas del mundo nunca han alzado sus acongojadas voces de reclamo, ni han apelado a la mentada "libertad de expresión" de la prensa... Ni siquiera figura en la lista de periodistas del mundo que han muerto víctimas de su propio trabajo. Debemos buscar así las razones de su ejecución en su afanoso estudio del Talmud judío, que publicaba periódicamente, sacrilegio que en la ley judía se castiga con la muerte del no judío que ose contemplar sus sagradas escrituras del Talmud y la Torah:

 

"Un no judío que estudie el Talmud o el judío que le ayude a hacerlo deben ser condenados a muerte" (Sanhedrín)

 

"Es la Ley matar a quien reniegue de la Torah y los Cristianos pertenecen a los detractores de la Torah." (Coschen hamischpat)

 

La Fiesta del Purim, propiamente tal, está descrita en la Biblia desde el grotesco Libro de Esther, texto que la Iglesia Católica ha canonizado y sacramentado con hipocresía. En él puede leerse cómo una cuasi prostituta judía, Esther, consigue hacer con sus favores que el Rey Asuero, de Persia, de muerte al Primer Ministro Amán o Haman, y sus diez hijos por ser un antijudío, colocando en su lugar a Mardoqueo, pariente de la Esther... Sin embargo, el relato continúa haciendo apología de la crueldad y de la muerte:

 

"... La Santa Esther no quedó todavía satisfecha y consiguió que el rey enviara carta sellada a todos los gobernadores ordenando que en cada ciudad fuesen a estar con los judíos y les mandasen juntarse todos a una y estuviesen apercibidos para defender sus vidas, y matasen y exterminasen a todos sus enemigos con sus mujeres e hijos, y todas sus casas y que saqueasen sus despojos...". 75.000 sirios (hombres, mujeres y niños) murieron en aquella salvaje jornada de los días 13 y 14 "del mes de Adar".

 

Tan alegre puso al judaísmo esta carnicería, que se instuyó la tradición de celebrar la masacre por la eternidad de los tiempos "con banquetes y convites", con el nombre de Fiesta del Purim, o Fiesta de las Suertes. Con el tiempo, los judíos han asociado al Purim con otra de sus ancestrales fiestas llamada "Passover", que también incluía muertes y derramamiento de sangre, al punto de que ya es difícil distinguir cuál es cuál y probablemente se practican en forma simultánea, haciedo ya que el Passover sea parte del rito del Purim.

 

El Passover era otra fiesta que conmemoraba una masacre infanticida en masa de no judíos a manos de asesinos judíos, esta vez ocurrida en Egipto, poco después de la administración de José. De hecho, todas las efemérides de este pueblo son celebraciones de asesinatos colectivos de "gentiles". Pero en el Passover se incluía invariablemente el sacrificio de un niño, de preferencia con aspecto nórdico, rubio y de ojos claros, o en su defecto de un cordero o cabrito muy joven que era señalado como "un niño" para ser desangrado.

 

Los ritos de sacrificio de vidas provienen de las razas más oscuras y siniestras del pasado, como algunas tribus negras y semíticas (mismas de las que surgió el culto americano del vudú y las sectas de asesinos rituales de la diosa Kali) entre las que se aloja la creencia de que cada ser vivo es una "pila" de energía vital, la que se libera al ser sacrificado súbitamente, en especial si el ser aquel advierte que será muerto y entra en pánico, dentro de un triángulo o círculo dibujado sobre el suelo, que atrapa esta energía y la canaliza hasta el "vampiro divino", sin energía propia, que sobrevive sólo a base de la energía apropiada desde otros seres. La sangre humana es la más apetecida, por su cantidad, calidad, valor, connotaciones y todo lo que encarne el ser que la posee.

 

Los animales también poseen una espiritualidad básica, algo así como una semilla de un alma, pues también son seres etéreos que caen atrapados en la materia corporal. Por eso son el blanco de constantes sacrificios judíos. Se nota en la costumbre de las colonias judías de comer casi exclusivamente carne de animales sacrificados, degollados y desangrados, hábito que los ha llevado a instalar mataderos propios cuando la ciudad les pertenece, o en su defecto, instruyen a los mataderos locales a dar muerte a los animales con este procedimiento en vez de otros menos crueles, como los que se usaron con los miles y miles de corderos y bueyes sacrificados para la inauguración del Templo de Salomón, según la Biblia. Quizás de ahí provengan también algunos hábitos alimenticios de las tribus africanas como los famosos "massais", para quienes la base de su dieta es la sangre que le sacan a su ganado vacuno por perforaciones hechas en la zona de la garganta.

 

Volvemos a insistir en que no pretendemos caer en la vanalidad de intentar asociar al judaísmo con la barbarie y la criminalidad como forma de desprestigio, pero inevitablemente nos encontramos con situaciones que parecen describir por sí solas algún oscuro sentido de ritualidad en el arquetipo judío, sumado a prácticas que en nuestra cultura occidental suenan horribles. Sólo como ejemplo: los estudiosos del hebreismo alegan que la prohibición ancestral de comer carne de cerdo se debe a que los antiguos judíos declaraban que "sabe y semeja a la carne humana". La pregunta obvia sería entonces, ¿cómo lo sabían?.

 

La credibilidad de nuestra página ha tropezado con un dogma popular que no teníamos considerado: muchas de las personas que nos han escrito aceptan los argumentos aquí presentados, pero consideran imposible que hoy, en la era del átomo y de Internet, sigan ocurriendo esta clase de acontencimientos tan tribales y salvajes... Pues bien: entre Abril y Mayo del 2000, ocurrió en el Sur de la India un nuevo caso de asesinato ritual, esta vez de un niño de 8 años de una tribu nativa de Masimanda, en Andra Pradesh, asesinado el día 30 de Marzo con armas cortantes y en forma ceremonial, como parte de un ritual que -según la superstición- proporcionaba riqueza y beneplácito divino a sus dos ejecutores.

 

El niño fue desenterrado el día martes 2 de Abril mientras sus asesinos permanecían prófugos. La noticia fue difundida por la agencia estatal PTI y la EFE, en pleno siglo XXI, en plena era digital y del "Challeger". Esta práctica sangrienta fue introducida en la India por los clanes judíos denominados Beni-Israel ("Hijos de Israel", establecidos allí desde tiempos tan remotos que no celebran el Purim por haber llegado quizás a la India antes del episodio de Esther en Persia) ampliamente asentados en la zona referida. La muerte del niño coincide, además, con el período de celebración del Passover, y este año también con los aniversarios mundiales judíos de los 55 años del "Día de la Liberación" al final de la Segunda Guerra Mundial. La situación temporal o cronológica no es excusa, entonces.