"No
Culpable" en el Proceso de Nuremberg
Los argumentos de la
defensa
por Carlos W. Porter
INTRODUCCION
La revisión de la
historia es tan vieja como la historia misma.
Los Anales de Tácito, por ejemplo (xv 38), hacen mención de un «rumor«
segun el cual Nerón habría quemado Roma. El «rumor« fue repetido por otros
historiadores romanos como un «hecho« (Suetonius, Nero, 38; Dio Cassius,
Epistulae, lxii 16; Pliny Naturalis Historia xvii 5).
Los historiadores posteriores dudaron de este «hecho« y degradaron el «hecho« en
sencillo «rumor«.
En 1946, fue considerado un «hecho« que los nazis hubieran fabricado jabón de
grasa humana (Sentencia, Proceso de Nuremberg, IMT I 252 <<283>>; VII 597-600
<<656-659>>; XIX 506 <<566-567>>; XXII 496 <<564>>).
Desde entonces este «hecho« se consideró sencillamente un «rumor« (Hilberg,
Destruction of the European Jews <Destrucción de los judíos europeos),
edición «revisada, definitiva«, Holmes and Meier, NY, p. 966: «El origen del
rumor del jabón humano queda desconocido hasta el día de hoy«).
El «rumor«, de origen soviético (Prueba URSS 393), que no fue objeto de ninguna
prueba médica forense, se halla en el Palacio de la Paz en La Haya, Holanda. Los
funcionarios del Palacio lo muestran a ansiosos visitantes y les dicen que es
auténtico, pero parecen no responder a cartas de personas que intentan
examinarlo.
En 1943, el «rumor« era que los nazis estaban masacrando a los judìos en cámaras
de vapor, en cámaras electrificadas, en cámaras al vacio, y en cámaras de gas (The
Black Book: The Nazi Crime Against the Jewish People (El Libro negro: el
crimen nazi contra el pueblo judío), pp. 270, 274, 280, 313, presentado como
«prueba« a la Comisión de Nuremberg).
En 1946, las cámaras de gas llegaron a ser consideradas un «hecho«, mientras que
las masacres en cámaras de vapor, en cámaras electrificadas, y en cámaras al
vacío quedaron considerados sencillamente «rumores« (N.B.: las masacres en
«cámaras de vapor« fueron «probadas« en el proceso de Oswald Pohl, cuarto
proceso de Nuremberg, NMT IV, 1119-1152).
Las «pruebas« según las cuales los nazis habían masacrado a los judíos en
cámaras de gas no son mejores, en cuanto a su calidad, que las «pruebas« segun
las cuales los habían matado en cámaras de vapor, en cámaras electrificadas, o
en cámaras al vacío. Nos parece legítimo cuestionar tales «pruebas«.
Este libro consiste, no de una «revisión« de la historia, sino de una sencilla
guía a materiales históricos que han sido olvidados. Se olvidan las 312.022
declaraciones notarizadas presentadas por la defensa durante el primer proceso
de Nuremberg, pero se recuerda muy bien de las 8 o 9 declaraciones presentadas
por la prosecución que las hubieran «refutado« a todas (según la prosecución)
(XXI 437 <<483>>)).
Este libro contiene muchas referencias a la paginación. No las citamos para
confundir, impresionar, o intimidar al lector, ni para probar la verdad de las
alegaciones hechas, sino sencillamente para ayudar a aquellos interesados, a
hallar cosas de interés. Es el lector quién debe decidir si las declaraciones de
la defensa son más dignas de confianza que el jabón de grasa humana (Documento
URSS-397), los calcetines de cabellos humanos (Documento URSS-511), o las
hamburguesas de carne humana (Prueba 1873, proceso de Tokio) de la prosecución.
N.B.:
IMT = International Military Tribunal
(Proceso Internacional de Nuremberg en 4 idiomas)
NMT = National Military Tribunal
(procesos norteamericanos de Nuremberg, en inglés)
Ante la falta de indicaciones al contrario, toda paginación se refiere a la IMT
(edición norteamericana).
<< >> = paginación alemana.
MARTIN BORMANN
BORMANN fue acusado de
«persecución religiosa« y muchos otros crímenes graves. El abogado de Bormann,
el Dr. Bergold, indicó que muchos países modernos (refiriéndose a la Unión
Soviética) son expresamente ateos; las ordenanzas que prohibían a los curas el
ocupar altas funciones en el Partido (esto es, el partido nazi) no se podrían
consider como «persecución«. En las palabras del Dr. Bergold:
«El Partido está considerado criminal, como una conspiración. xEs un crimen
prohibir a ciertas personas hacerse miembros de una así denominada conspiración
criminal? xSe considera esto un crimen?« (V 312 <<353>>).
Fueron presentados documentos según los cuales Bormann habría prohibido toda
persecución religiosa, permitiendo expresamente una educación religiosa (XXI
462-465 <<512-515>>). Una condición de aquella orden fue que se debía utilizar
el texto bíblico completo; se prohibieron todas las supresiones, manipulaciones,
y deformaciones. Las iglesias recibían subsidios del gobierno hasta el fin de la
guerra. Debido a la falta de papel durante la guerra, se introdujeron
restricciones sobre la impresión de todos los periódicos, no tan sólo los
periódicos religiosos (XIX 111-124 <<125-139>>; XXI 262-263; 346; 534; 539;
<<292-293; 383; 589; 595>>; XXII 40-41 <<52-53>>).
El abogado de Bormann tenía poca dificultad en mostrar que a Bormann no se le
podría condenar por ningún delito bajo las leyes de ningún país, estando claro
que los estenógrafos no son criminalmente responsables por todo documento
firmado por ellos. Para la prosecución, no obstante, la ley no fue relevante, y
Bormann fue condenado a la horca. La sentencia habría de aplicarse en forma
inmediata, a pesar de los numerosos testimonios según los cuales Bormann habría
muerto en la explosión de un tanque, y dificilmente estaría disponible en un
solo pedazo (para ahorcarlo), presentandose así ciertos problemas de naturaleza
práctica (XVII 261-271 <<287-297>>).
ORGANIZACIONES CRIMINALES
Las pruebas de la defensa con
respecto a las alegadas «organizaciones criminales« consisten en los testimonios
orales de 102 testigos y de 312.022 declaraciones escritas y notariadas (XXII
176 <<200>>).
El termino «criminal« no fue definido en ningún momento durante el proceso (XXII
310 <<354>>; véase también XXII 129-135 <<148-155>>).
Tampoco fue definido cuando estas organizaciones se habrían vuelto «criminales«
(XXII 240 <<272-273>>). El Partido Nazi mismo se habría vuelto criminal tan
temprano como en 1920 (XXII 251 <<285>>), o quizá no antes de 1938 (XXII 113
<<130>>), o posiblemente no lo haya sido nunca (II 105 <<123>>).
Las 312.022 declaraciones escritas fueron presentadas a una «comisión«. La copia
transcrita de los testimonios delante de esta «comisión« no aparece en la del
proceso de Nuremberg. Los «National Archives« (Archivos Nacionales) en
Washington no poseen ninguna copia transcrita de los testimonios delante de la
comisión, nunca han oído hablar de ella, no saben lo que es, ni donde está.
De las 312.022 declaraciones escritas, sólo unas pocas docenas fueron traducidas
al inglés, de modo que el Tribunal no las pudo leer (XXI 287, 397-398 <<319,
439>>).
El Presidente del Tribunal, Sir Geoffrey Lawrence, no comprendía nada de alemán,
y el procurador Robert Jackson tampoco.
Debido a un «cambio en las reglamentaciones« llevado a cabo a último momento,
(XXI 437-438, 441, 586-587 <<483-485, 488, 645-646>>) muchas otras declaraciones
fueron rechazadas debido a su supuesta «falta de conformidad« (XX 446-448
<<487-489>>).
La «comisión« preparó sumarios que fueron presentados al Tribunal («x-mil
declaraciones alegando trato humanitario de los prisioneros«, etc.). Estos
sumarios no fueron considerados como pruebas. El Tribunal prometió leer todas
las 312.022 declaraciones antes de llegar a su veredicto (XXI 175 <<198>>); 14
días más tarde, se anunció que las 312.022 declaraciones no eran verídicas (XXII
176-178 <<200-203>>).
Entonces una sola declaración de la prosecución (Documento D-973) fue
considerada de haber «refutado« a 136.000 declaraciones de la defensa (XXI 588;
437, 366 <<647, 483-484, 404>>).
Los 102 testigos fueron obligados a aparecer y a testificar delante de la
«comisión« antes de aparecer y de testificar delante del Tribunal. Luego, 29 de
esos testigos (XXI 586 <<645>>), o, según otra fuente, 22 de estos testigos
(XXII 413 <<468>>), fueron permitidos a comparecer delante del Tribunal, pero su
testimonios no debían ser «acumulativos«, esto es, repetitivos de sus
testimonios delante de la «comisión« (XXI 298, 318, 361 <<331, 352, 398-399>>).
Entonces, 6 declaraciones escritas y presentadas por la prosecución fueron
consideradas de haber «refutado« a los testimonios de los 102 testigos de la
defensa (XXI 153 <<175>>, XXII 221 <<251>>).
Una de estas declaraciones estaba escrita en polaco, de manera que la defensa no
la podía leer (XX 408 <<446>>). Otra fue firmada por un judío de nombre Szloma
Gol, quien alegaba haber desenterrado y quemado 80.000 cadáveres, incluso el de
su hermano (XXI 157 <<179>>, XXII 220 <<250>>).
(En la copia transcrita británica sólo desenterró 67,000 cadáveres.)
En ese momento, la prosecución había ya terminado la presentación de sus pruebas
(XX 389-393, 464 <<426-430, 506>>; XXI 586-592 <<645-651>>).
La prosecución entonces expuso en su presentación final que 300.000
declaraciones habían sido presentadas y consideradas durante el proceso, dando
la impresión al lector poco observador, que estas habían sido documentos de la
prosecución (XXII 239 <<272>>).
En verdad, la prosecución sobrellevó todo el proceso con nada más de unas pocas
declaraciones verdaderamente importantes. Véase, por ejemplo, XXI 437 <<483>>,
donde 8 o 9 declaraciones fueron presentadas por la prosecución contra 300.000
declaraciones por la defensa; véase también XXI 200 <<225>>; 477-478
<<528-529>>; 585-586 <<643-645>>; 615 <<686-687>>).
En los numerosos procesos en los campos de concentración, como por ejemplo, el
proceso de Martin Gottfried Weiss, se acordó un medio más simple. Cualquier
sencillo empleo en un campo de concentración, aun cuando este hubiese sido por
sólo unas pocas semanas, se habría de considerar «prueba« de un «conocimiento
constructivo« del «Proyecto Común«. El término «Projecto Común«, naturalmente,
no fue definido en ninguna instancia. La palabra «conspiración« fue generalmente
evitada para poder procesar con reglas de prueba más flojas. No era necesario
hacer referencia a actos específicos de maltrato, ni de probar que nadie hubiera
muerto como resultado de tales maltratos. 36 de los 40 acusados fueron
condenados a muerte.
Las transcripciones de los testimonios expuestos a la comisión de Nuremberg se
hallan en el Palacio de la Paz en la Haya, donde llenan la mitad de una caja
fuerte a prueba de fuego que mide del suelo al techo. El testimonio de cada
testigo fue escrito a máquina con una paginación a empezar con la página 1, pues
reescrita con una paginación consecutiva que corre hasta miles de páginas. Los
esbozos y copias limpias son clasificados juntos, en pliegos, grapadas, en papel
muy frágil, con grapas oxidadas. Es absolutamente cierto que nadie jamás ha
leído este material, al menos en La Haya.
En los argumentos de la defensa, el material relativo a los testimonios de los
102 testigos aparece, en su mayor parte, en caracteres pequeños en los tomos XXI
y XXII de la copia transcrita de los testimonios en el Proceso de Nuremberg. Los
caracteres pequeños indican que estos pasajes fueron suprimidos de los
argumentos finales de la defensa; de otra forma, el proceso hubiera sido
demasiado largo (según la prosecución). Este material contiene muchos centenares
de páginas. En la transcripción de las audiencias publicada en el Reino Unido,
todo este material ha desaparecido en su totalidad. En la versión publicada en
los Estados Unidos, 11 páginas han sido suprimidas entre los párrafos 1 y 2 de
la página 594 en tomo XXI. En la copia alemana transcrita de los audiencias,
estas 11 páginas aparecen en tomo XXI 654-664. El resto de las versiones
norteamericanas y alemanes parecen estar más o menos completas.
El material discute, por ejemplo:
Guerra total XIX 25 <<32>>
Reparaciones XIX 224-232 <<249-259>>
Sindicatos alemanes XXI 462 <<512>>
Gestapo y los campos de concentración XXI 494-530 <<546-584>>
«Röhm Putsch« XXI 576-592 <<635-651>>
«La Noche de los cristales rotos
(Kristallnacht)« XXI 590-592 <<649-651>>
«Umsiedlung«
(traslado de población) XXI 467-469, 599-603
<<517-519, 669-674>>
SD XXII 19-35 <<27-47>>
Armamentos XXII 62-64 <<75-78>>
Las 312.022 declaraciones estan probablemente clasificadas en algún archivo
alemán.
La sentencia del proceso de Nuremberg fue impresa dos veces, en tomos I y XXII.
Es muy importante obtener los tomos alemanes y leer la sentencia en tomo XXII en
alemán. El alemán incorrecto, las traducciones incorrectas, etc. escritas por
los norteamericanos han sido corregidos con notas hechas en los pies de página.
Errores de tal naturaleza en documentos pueden ser tomados como pruebas de
falsificación.
En general, los tomos alemanes son preferibles a los tomos norteamericanos.
Frecuentes notas en los pies de página alertan al lector de traducciones
incorrectas, documentos desaparecidos, y copias falsificadas (por ejemplo, XX
205 de la copia transcrita alemana: «Falta esta frase en el documento
original«).
Los tomos alemanes en libro de bolsillo son disponibles a través de Delphin
Verlag, Munich (ISBN 3.7735.2509.5)) (sólo la copia transcrita de las
audiencias; las copia de las audiencias junto con los tomos documentarios son
disponsible en microfilm de Oceana Publications, Dobbs Ferry, NY).
DOCUMENTOS
Segun la versión más
corriente de los acontecimientos, los aliados habrían estudiado 100.000
documentos, de los cuales 1.000 fueron seleccionados como evidencia presentada
al Tribunal, y que los documentos originales fueran archivados en el Palacio de
la Paz en La Haya. Pero no es totalmente exacto.
Los documentos utilizados como pruebas en el Proceso de Nuremberg fueron en gran
parte «fotocopias« de «copias«. Muchos de estos «documentos originales« fueron
escritos enteramente sobre papel normal, sin membrete, sin manuscritos, por
personas desconocidas. Algunas veces hay iniciales o la firma ilegible de una
persona más o menos desconocida que pretende haber certificado el documento como
una «copia conformada«. Algunas veces hay sellos alemanes, algunas veces no.
Muchos han sido «hallados« por los rusos, o «certificados como auténticos« por
comisiones soviéticas de indagaciones sobre crímenes de guerra.
Tomo XXXIII, un volumen de documentos tomado al caso, contiene 20
interrogaciones o declaraciones escritas, 12 fotocopias, 5 copias no firmadas, 5
documentos originales con firma, 4 copias de material impreso, 3 copias
mimeografadas, 3 copias tele-escritas, 1 copia sobre microfilm, 1 copia firmada
por otra persona, y 1 no especificada.
El Palacio de la Paz en La Haya posee pocos documentos originales alemanes de
tiempos de guerra, si es que posee alguno. Posee muchas «declaraciones« escritas
después de la guerra, posee la copia transcrita de los testimonios delante de la
comisión del Tribunal, y mucho material de la defensa muy apreciable. Posee el
«jabón humano«, que nunca ha sido cientificamente analizado; posee la «receta
original para la fabricación de «jabón humano« (Documento USSR 196), lo cual es
una falsificación; pero no parece poseer ningún documento original alemán de
durante o antes de la guerra. El Palacio posee fotostatos negativos esto es,
fotocopias de estos documentos hechos en papel extremadamente fragil que ha sido
grapado. Para fotocopiar los fotostatos, se tiene que quitar las grapas. Después
de ser fotocopiados, se engrapan una vez mas, lo que hace más huecos. La mayor
parte de estos documentos no han sido fotocopiados con mucha frecuencia, y según
los oficiales del Palacio, es rarísimo recibir visitantes que quieran ver los
documentos.
Los «National Archives« en Washington (véase Telford Taylor, Use of Captured
German and Related Documents, A National Archive Conference) aseguran que
los documentos originales estarían en La Haya. La Haya asegura que los
documentos originales estarían en los National Archives.
El «Stadtarchiv Nürnberg« y el «Bundesarchiv Koblenz« tampoco tienen los
documentos originales del proceso de Nuremberg, y las dos afirman que los
documentos originales estarían en Washington. Dado que los documentos originales
son, en la mayoría de los casos, «copias«, muy frecuentemente no hay nada que
pruebe que el documento en cuestión haya existido jamás.
El procurador Robert Jackson empezó el proceso de una manera poco prestigiosa
con citaciones de toda una serie de documentos falsificados o sin valor por una
razón u otra: 1947-PS; 1721-PS, 1014-PS, 81-PS, 212-PS; y muchos otros (II
120-142 <<141-168>>).
1947-PS es una «copia« de una «traducción« de una «carta« escrita por el General
Fritsch a la Baronesa von Schutzbar-Milchling. Más tarde, la Baronesa firmó una
declaración en la cual afirmó que no había recibido nunca la carta en cuestión
(XXI 381 <<420-421>>).
La «carta« falsificada del General Fritsch a la Baronesa von Schutzbar-Milchling
fue reconocida como tal por el Tribunal durante el proceso, y no estuvo incluida
en los tomos de documentos, donde debería aparecer en XXVIII 44. No obstante
Jackson no fue reprimido por el Tribunal (XXI 380 <<420>>).
Parece que norteamericanos entusiastas habrían falsificado 15 de estas
«traducciones«, después de lo cual todos los «documentos originales«
desaparecieron de manera misteriosa (véase Taylor, Captured Documents).
1721-PS es una falsificación en la cual un hombre de las SA se escribe una carta
a sí mismo, en la cual brinda un informe sobre la manera en la cual está
cumplimentando una orden que cita palabra por palabra en la carta. Marcas
escritas a mano en las páginas 2 y 3 son falsificaciones evidentes de marcas a
la página 1 (XXI 137-141 <<157-161>>; 195-198 <<219-224>>; 425 <<470>>; XXII
147-150 <<169-172>>; véase también Testimony Before the Commission, Fuss,
25 abril, and Lucke, 7 mayo 1946). Los National Archives poseen un «fotostato
positivo« de 1721-PS, mientras que el Palacio de la Paz posee un «fotostato
negativo«. El «documento original« es una «fotocopia« (XXVII 485).
1014-PS es un «discurso de Hitler« en hoja sin membrete, ni firma, ni sello,
etc., escrito por un desconocido. El documento lleva el título «Segundo
Discurso«, bien que se sepa que Hitler no haya dado más de un solo discurso ese
día. Hay 4 versiones de este discurso, 3 de las cuales son falsificaciones:
1014-PS, 798-PS, L-3, y una versión auténtica, Ra-27 (XVII 406-408 <<445-447>>;
XVIII 390-402 <<426-439>>.
La tercera falsificación, Documento L-3, lleva el sello de un laboratorio del
FBI. Nunca fue ni siquiera aceptado como prueba por el Tribunal (II 286
<<320-321>>), pero 250 copias fueron distribuidas a la prensa como auténticas
(II 286-293 <<320-328>>).
Este documento fue citado por A.J.P. Taylor en la página 254 de su libro The
Origins of the Second World War (Fawcett Paperbacks, 2 edition, with Answer
to his Critics), mencionando como fuente al German Foreign Policy, Series D vii,
No. 192 and 193.
L-3 es también la fuente de muchas otras citaciones atribuidas a Hitler,
especialmente «xQuién se acuerda hoy en dia de la suerte de los Armenios?«, y
«Nuestros enemigos son pequeños gusanos. Los vi en Munich«. De acuerdo a este
documento, «Hitler« pretende compararse con Genghis Khan, declarando su
intención de exterminar a los polacos, y de darle un puntapié en los testículos
a Chamberlain delante de los fotógrafos. El documento parece haber sido escrito
sobre la misma máquina de escribir que muchos otros documentos de Nuremberg,
incluso las otras dos versiones del mismo discurso. Esta máquina de escribir fue
probablemente una Martin de las Triumph-Adler-Werke, Nuremberg.
81-PS es una «copia conforme« de una carta no firmada, sobre papel normal,
escrito por un desconocido. Si es auténtica, es el proyecto de una carta que no
fue jamas echada al correo. El documento se llama «una carta escrita por
Rosenberg«, lo cual Rosenberg negó (XI 510-511 <<560-561>>). Falta firma,
inicial, cifra de diario en blanco (una marcación burocrática), y no fue hallada
entre los efectos personales del destinatario (XVII 612). 81-PS es una
«fotocopia« con un número de objeto expuesto soviético (URSS-353, XXV 156-161).
212-PS fue también escrito por un desconocido, enteramente sobre carta normal,
sin ninguna marcación hecha a mano, sin fecha, firma, o sello (III 540 <<602>>,
XXV 302-306; véase también fotocopias de fotostatos negativos del Palacio de la
Paz en La Haya).
Todo eso es típico. Documento 386-PS, el «protocolo de Hossbach«,
pretendidamente un «discurso de Hitler« del 5 de noviembre 1938, es una
«fotocopia conforme« de una «copia conforme sobre microfilm« de una «copia
conforme« re-dactilografiada por un norteamericano, de una «copia conforme«
re-dactilografiada por un alemán, de apuntes tomados por Hossbach pero nunca
aprobados por Hitler, de un discurso de Hitler, escrito de memoria 5 dias
después. No se trata aquí de uno de los peores documentos, sino de uno de los
mejores, porque sabemos quien hizo una de las «copias«. El texto de Documento
386-PS ha sido «manipulado« (XLII 228-230).
Así pues, «procesar por documentos« funciona de la manera siguiente: A, un
desconocido, escucha «comentarios orales« supuestamente hechos por B, y toma
apuntes o establece un documento a base de estos supuestos comentarios. Entonces
el documento se presenta como prueba, no contra A, quien ha preparado el
documento, pero contra B, C, D, E, y toda una serie de personas, que no ha
tenido nada que ver con el documento o con los pretendidos comentarios. Se dice
sencillamente que «B habría dicho«, «C habría hecho«, o bien «D y E habrían
sabido«. Tal proceder estaría en violación de las reglas de pruebas de cualquier
país civilizado. Lo que es más, los documentos no vienen identificados por
testigos.
La falsificación de documentos originales fue raramente practicada en Nuremberg,
porque los documentos no fueron llevados físicamente al Tribunal. El «documento
original«, esto es, el «original« de la «copia« no firmada, quedó guardado en
una caja fuerte en el «Centro de Documentos« (II 195 <<224>>, 256-258
<<289-292>>).
Pues fueron hechas dos «fotocopias« de la «copia« (V 21 <<29>>), o según otra
fuente, 6 fotocopias (II 251-253 <<284-286>>), y fueron estas las que se
presentaron al Tribunal. Todas las otras copias fueron re-dactilografiadas
utilizando un mimeógrafo con estarcido de papel cerado (IX 504 <<558-559>>).
En la copia transcrita de las audiencias, la palabra «original« se emplea en el
sentido de «fotocopia« (II 249-250 <<283-284>>; XIII 200 <<223>>, 508 <<560>>,
519 <<573>>, XV 43 <<53>>, 169 <<189>> 171 <<191>> 327 <<359>>) para distinguir
las «fotocopias« de las «copias ciclostiladas« (IV 245-246 <<273-274>>).
Supuestas «traducciones« de todos los documentos fueron disponibles desde el
mismo comienzo del proceso (II 159-160 <<187-189>>, 191 <<219-220>>, 195
<<224>>, 215 <<245>>, 249-250 <<282-283>>, 277 <<312>>, 415 <<458>>, 437
<<482-483>>) pero los «textos originales alemanes« no estuvieron disponibles
durante al menos 2 meses. Esto es cierto no sólo en cuanto a las memorias,
acusaciones, informaciones, etc. del tribunal, sino en cuanto a TODOS LOS
DOCUMENTOS. La defensa no recibió ningún documento en alemán antes del 9 enero
1946 si no más tarde (V 22-26 <<31-35>>).
Entre los documentos que parecen haber sido escritos sobre la misma máquina de
escribir se halla el Documento 3803-PS, una carta del acusado Kaltenbrunner al
Alcalde de Viena, y la carta de ese mismo Alcalde quien presuntamente mandaría
la carta de Kaltenbrunner bajo misma cubierta al Tribunal (XI 345-348
<<381-385>>). La carta de Kaltenbrunner contiene une falsa descripción
geográfica (XIV 416 <<458>>).
KARL DÖNITZ
Dönitz fue condenado por
haber lanzado una «guerra ilegal de submarinos« contra los británicos. El
derecho internacional se basa enteramente en la reciprocidad y en las
convenciones internacionales, que no se pueden forzar excepto por medio de la
reciprocidad. En la guerra, la mejor defensa contra un arma es una
contra-ofensiva vigorosa con esa misma arma. Los británicos, dada su supremacía
en el mar, sobrellevaron las dos guerras por medio de bloqueos y el así-llamado
sistema Navicert. Naves neutrales fueron paradas por fuerza en el mar abierto y
forzadas a entrar en puertos británicos, donde fueron registradas según formulas
complejas: si un país neutral importaba más comestibles, fertilizantes, cuero,
goma, lana, algodón, etc. que las cantidades consideradas necesarias para su
propio consumo (en opinión de los británicos), se creía que la diferencia sería
destinada a ser reexpedida a los alemanes. Resultado: la nave (incluso la
totalidad de la carga) era confiscada y vendida (lo que también violaba las
cláusulas de todos los contratos de seguros marítimos británicos).
En 1918-1919, el bloqueo fue mantenido por ocho meses después del armisticio
para forzar la ratificación del tratado de Versalles. Centenas de miles de
alemanes morían de hambre después de la guerra mientras los diplomáticos de
decidían, una violación evidente de los términos del armisticio y el derecho
internacional: en palabras de Hitler, «La ruptura de confianza más grande de
todos los tiempos«. El punto de vista británico era que el bloqueo era legal,
pero implementado de una manera totalmente ilegal; véase, por ejemple, 1911
Encyclopaedia Britannica, «Neutrality« ; 1922 Encyclopaedia Britannica
«Blockade«, «Peace Conference«. En la guerra contra los japoneses, los
norteamericanos hundieron «todo lo que se movía desde el primer día de la
guerra«.
Los neutrales, incluidos los Estados Unidos, se lamentaron de esta violación de
su neutralidad, pero obedecieron, una vez más en violación de su propia
neutralidad. Una nación que permite una violación de su neutralidad puede ser
considerada como beligerante.
La quinta convención de La Haya del 18 octubre 1907 sobre los derechos de los
neutrales no fue ratificada por los británicos, pero sus condiciones fueron
consideradas obligatorias por los japoneses y alemanes, no obstante una cláusula
de toda participación. Esta última quiere decir que el tratado ya no se aplica
cuando un no signatario participa en el conflicto.
En 1939, los alemanes tenían sólo 26 submarinos en servicio en el atlántico, lo
que suponía una quinta parte de la flota submarina francesa. Además, los
submarinos alemanes eran mucho más pequeños que los de otras naciones. Un
contrabloqueo contra las islas británicas sólo era posibile si se advertía a los
neutrales de no navegar en aguas territoriales británicas. Para los británicos,
esto era un «crimen«.
De estos 26 submarinos, muchas, al mismo tiempo, necesitaban reparaciones, de
modo que habían meses en los cuales sólo 2 o 3 estaban en condiciones de
navegar. Es evidente que un submarino no puede ejecutar operaciones de visita y
búsqueda como un navío de superficie. Un submarino, una vez emergido, está casi
totalmente indefenso contra las armas más pequeñas montadas sobre una nave
comercial, por no hablar del radio de acción, radar y aviones de abordo.
En Nuremberg los británicos exigieron que los alemanes deberían haber emergido;
notificado la nave de su intención de buscar; esperado hasta que la nave hubiera
empezado hostilidades; hundido la nave, presumiblemente con sus armas de puente;
tomado las docenas o centenares de sobrevivientes a bordo del submarino (donde
hubieran estado en mucho más peligro que en cualquier lancha salvavidas; y
finalmente transportarlos a la tierra firme más próxima).
Cuando aviones británicos aparecieron y hundieron al submarino, matando a todos
los sobrevivientes, estos últimos, naturalmente, habrían sido «asesinados por
los alemanes«. No hay convención internacional que exija un tal comportamiento y
ningún país ha combatido jamás de esta manera. Dado que el rescate de los
sobrevivientes representaba un peligro para el submarino y muy a menudo tuvo
como resultado la pérdida del submarino y de su tripulación, Dönitz prohibió
finalmente todo acto de rescate. Para los británicos, esta decisión fue
denominada «orden de matar a todos los sobrevivientes«. Pero esta acusación no
fue sostenida en la sentencia.
Dönitz también fue acusado de haber fomentado en el pueblo alemán la resistencia
desesperada, un crimen cometido igualmente por Winston Churchill.
Dönitz replicó: «Era muy doloroso para nosotros ver nuestras ciudades
bombardeadas hasta quedar en ruinas, y que debido a estos ataques y la lucha
continuada se perdieron más vidas. La cifra de estas pérdidas es más o menos
300.000 o 400.000 personas, la mayor parte de las cuales perecieron en el
bombardeo de Dresden, lo que no se puede justificar desde un punto de vista
militar, y que no podría haber sido previsto. No obstante, esta cifra es pequeña
en comparación con los millones que habríamos perdido en el Este, soldados y
civiles, si nos hubieramos rendido en invierno.« (XIII 247-406 <<276-449>>;
XVIII 312-372 <<342-406>>).
HANS FRANK
Frank fue acusado de haber
hecho cientos de observaciones anti-semitas en un documento de 12.000 páginas de
extensión, llamado su «diario«. El «diario« contiene una sola página firmada por
Frank. También contiene cientos de observaciones humanitarias, las cuales fueron
ignoradas (XII 115-156 <<129-173>>). Las observaciones anti-semitas fueron
selecionadas por los rusos, tipografiadas en un documento muy corto, Documento
2233-PS, lo que fue presentado delante del Tribunal y que se llamó el «diario de
Frank«.
El verdadero «diario« de 12.000 páginas consiste en sumarios (no de actas
textuales o apuntes estenográficos) de conferencias en las cuales 5 o 6 personas
hablaban muchas veces todos al mismo tiempo en circunstancias de gran confusión;
no es claro a quién deben ser atribuidas ciertas observaciones (XII 86
<<97-98>>).
Frank había entregado su «diario« a los norteamericanos con la creencia de que
éste le exoneraría, puesto que en él dejaba constancia de que había protestado
contra ciertas ilegalidades de Hitler en discursos públicos con gran riesgo
personal y había intentado dimitir catorce veces (XII 2-114 <<8-128>>; XVIII
129-163 <<144-181>>).
A Frank la propaganda psicológica aliada le llegó a convencer de la realidad de
atrocidades alemanas después de haber leido artículos sobre el proceso soviético
de Majdanek en «la prensa extranjera« (XII 35 <<43>>). Auschwitz no estaba en
territorio bajo el control de Frank.
Frank veía su misión en la creación de una magistratura independiente en un
estado nacional-socialista, una misión que resultó ser imposible. En un discurso
del 19 noviembre de 1941, dijo: «La ley no puede ser degradada hasta convertirla
en un objeto de comercio. La ley no puede ser vendida. O existe o no existe. La
ley no puede ser comercializada en la Bolsa. Si la ley no halla ningún apoyo, el
Estado pierde su soporte moral y se hunde en las profundidades de la noche y del
terror«.
Las ilegalidades de Hitler nunca incluyeron la promulgación de una ley ex-post
facto; en 3 casos, los castigos fueron aumentados retroactivamente (XVII 504
<<547>>).
El saqueo de tesoros de arte supuestamente cometido por Frank se discutirá luego
en el capítulo dedicado a Rosenberg.
WILHELM FRICK
Frick fue ahorcado por la
supuesta «Germanización« de los residentes de Posen, Danzig, Prusia del Oeste,
Eupen, Malmedy, el Sudetenland, el Memelland, y Austria. A excepción de Austria,
todas estas regiones fueron antiguas partes del Imperio Prusiano, separadas de
Alemania por el Tratado de Versalles. Malmedy es una región francófona; todas
las otras son regiones germanófonas. Austria no pudo sobrevivir como unidad
económica independente después de 1919, y había pedido, por medio de un
plebiscito, ser reunida con Alemania. Los vencedores democráticos respondieron
con la amenaza de bloquear toda importación de comestibles (XVIII 55 <<66>>, XIX
360 <<397>>) de llevarse a cabo dicha unión.
Otro supuesto crimen cometido por Frick fue la supuesta matanza de 275.000
retrasados mentales, según el «informe« de una «comisión de crímenes de guerra«
checoslovaca.
Frick, como Göring, fue acusado de responsibilidad por la existencia de los
campos de concentración. En su defensa, fue mencionado que el «arresto
preventivo« era anterior a la toma del poder por los nacionalsocialistas en
Alemania y Austria, donde fue llamado «Anhaltehaft« y fue utilizado para
encarcelar miles de nacionalsocialistas (XXI 518-521 <<572-576>>). La «Detención
preventiva« existe en Alemania también hoy en día, y se llama «U-haft«
(Untersuchungshaft).
En uno de los más importantes procesos llevados cabo por los norteamericanos en
Dachau (Trial of Martin Gottfried Weiss and Thirty Nine Others, Law Reports
of Trials of War Criminals, volume XI, p. 15, publicado por las Naciones
Unidas), aparece la frase siguiente:
«En el caso del campo de concentración de Mauthausen... las circunstancias
fundamentales eran idénticas aunque el número de víctimas fue mucho más elevado,
debido a los exterminios en masa en una cámara de gas...«
xEs esta una admisión de que no existía ninguna cámara de gas en Dachau? Según
Law Reports of Trials of War Criminals, ningún proceso sobre Dachau ha «probado«
nunca la existencia de una cámara de gas en Dachau.
En el proceso de Nuremberg, una «copia conformada« de la sentencia del «Trial of
Martin Gottfried Weiss and Thirty Nine Others«, con esta frase suprimida, fue
presentada delante del Tribunal como Documento 3590-PS (V 199 <<228>>), con 3
otros documentos que alegaban exterminios con gas en Dachau (Documento 3249-PS,
V 172-173 <<198>, XXXII 60; Documento 2430-PS, XXX 470; y 159-L, XXXVII 621).
Frick fue acusado por el signatario de la declaración alegando los «exterminios
en masa por medio de una cámara de gas en Dachau«, Documento 3249-PS (escrito
por Lt. Daniel L. Margolies, también implicado en la falsificación de 3
discursos de Hitler, XIV 65 <<77>>, y firmado por el Dr. Franz Blaha) de haber
visitado Dachau. Frick negó esta acusación, y solicitó poder entrar en el banco
de los testigos y testimoniar en su propia defensa en presencia de Blaha.
Esto le fue negado. Aparentemente Frick se resignó; no testificó jamas. El
argumento final, brindado por su abogado, aparece en XVIII 164-189 <<182-211>>.
El signatorio, Dr. Franz Blaha, un comunista, fue Presidente de la Asociación
Internacional de Dachau en 1961, todavía pretendiendo de haber visto
exterminaciones en masa en una cámara de gas y de haber fabricado pantalones y
otros articulos de cuero humano.
El proceso de Martin Gottfried Weiss está disponible en 6 rollos de micofilm
(M1174, National Archives). Los objetos de prueba preliminares relativos a una
«cámara de gas en Dachau« (informe, plan, boquerel de ducha, rollo 1), nunca
fueron presentados al Tribunal de Dachau, y han desaparecido de los objetos de
prueba finales (rollo 4). La copia transcrita de los testimonios (rollos 2 & 3)
no hace ninguna mención a una cámara de gas en Dachau, excepto por algunas
frases en el testimonio del Dr. Blaha (volumen 1, pp. 166, 169). El supuesto
«cuero humano« provenía de topos (volumen 4, p. 450, 462, 464).
HANS FRITZSCHE
Fritzsche llegó a la
convición, debido a una carta que habría recibido, de que se estaban cometiendo
atrocidades en Rusia, e intentó verificarlo, pero no halló ninguna prueba (XVII
172-175 <<191-195>>).
Fritzsche es un testigo importante porque el Tribunal admitió que en su caso los
periódicos extranjeros propagaban noticias falsas relativas a Alemania (XVII
175-176 <<194-196>>; véase también XVII 22-24 <<30-33>>). No obstante, estos
mismos artículos de periódicos y reportajes de radio constituirían supuestamente
los «hechos de conocimiento general« que no necesitaban ser probados I 15
<<16>>, II 246 <<279>>).
En la defensa de Fritzsche fue indicado que no existe ninguna convención
internacional para regular la propaganda o historias de atrocidades, sean
verídicas o falsas, y que sólo una ley de un único país (Suiza) prohibe insultar
a jefes de Estado extranjeros. Que Fritzsche no pudo haber sido culpable de
ningún crimen fue, en el proceso de Nuremberg, sencillamente irrelevante. Fue
considerado indeseable tener un «proceso« en el cual todos los acusados fuesen
declarados culpables. En la compraventa que precedía al juicio final, fue
decidido que Fritzsche podía ser liberado (XVII 135-261 <<152-286>>; XIX 312-352
<<345-388>>).
WILHELM FUNK
Funk era un pianista de
música clásica miembro de una familia muy respetada, casado desde hacía
veinticinco años en la época del proceso, y antiguo editor financiero. Como la
mayor parte de los acusados, Funk fue acusado de haber cometido «actos
inmorales« que probarían su «participación voluntaria en el Proyecto Común«,
tales como el haber aceptado regalos de Hitler el día de su cumpleaños. (Es
evidente que tales actos no son ilegales.)
Funk alegó que los británicos y los polacos habrían conspirado para provocar la
guerra con Alemania en la creencia de que los generales derrumbarían a Hitler
(XIII 111-112 <<125-126>>).
Funk fue acusado de haber conspirado con las SS para financiar el esfuerzo de
guerra matando a prisioneros en los campos de concentración y sacándoles los
dientes. Los dientes habrían sido guardados en una caja fuerte en el Reichsbank
junto con viejos utensillos de afeitar, plumas estilográficas, relojes
despertadores, y otros trastos viejos de poco valor. El testimonio de Rudolf
Höss según el cual los dientes habrían sido ya fundidos en Auschwitz, quedó
olvidado (XI 417 <<460>>).
Frank testificó que las cantidades y tipos de botín serian «absurdos«, indicando
que la SS actuaba como policía de aduanas, imponiendo regulaciones de cambio que
incluían una prohibición de toda propiedad en oro, plata, y monedas o billetes
de bancos extranjeros. Era totalmente normal que la SS, como agencia
gubernamental, posea cuentas financieras, y que tales cuentas contuvieran
objetos de valor. El pueblo alemán también guardaba objetos de valor en cajas
fuertes, a las cuales el Banco no tenía ningún acceso, porque se trataba de
depositos en cajas fuertes privadas.
Con los crecientes bombardeos, llegaron a ser depositadas en las cajas fuertes
cantidades más grandes de objetos de valor, por ciudadanos privados alemanes.
Finalmente, después de un destructor ataque al Banco, los objetos fueron
retirados y depositados en una mina de potasio en Turingia. Estos fueron allí
descubiertos por los norteamericanos, que falsificaron un film sobre ellos.
Funk y su abogado mostraron la falsedad del film utilizando un testigo hostil en
lo que bien pudieron haber sido las preguntas y testimonios más astutos de todo
el proceso (XIII 169 <<189-190>>, 203-204 <<227-228>>, 562-576 <<619-636>>; XXI
233-245 <<262-275>>).
La declaración absurda de Oswald Pohl, Documento 4045 PS, según la cual Funk fue
acusado de haber discutido el uso de los dientes de oro de judíos asesinados
para financiar el esfuerzo de la guerra durante una cena, en presencia de
docenas de invitados, y hasta de camareros, fue también rapidamente demolida
(XVIII 220-263 <<245-291>>). Esta declaración fue escrita en alemán y firmada
por Robert Kempner como testigo. Pohl fue declarado culpable después de «haber
matado a víctimas judías en diez «cámaras de vapor« en Treblinka«, para fabricar
felpudos (sic) con sus cabellos (NMT IV 1119-1152) (Fourth Military Tribunal,
Nuremberg).
Funk creía, como los otros acusados en el proceso de Nuremberg, que habrían sido
cometidos delitos, pero mantenía que el no había sabido nada. Su creencia en la
realidad de los delitos no constituye, sin mas, una prueba de que dicha creencia
hubiese sido verdadera.
KURT GERSTEIN
Kurt Gerstein es a menudo
citado como un «testigo« del Holocausto; sin embargo, no es correcto. Como
«testigo« se entiende alguien que haya visto algo, y que aparece para testificar
acerca de su conocimiento personal. Lo cual Gerstein nunca hizo. Gerstein fue un
signatario no jurado, lo que quiere decir que se trata de un nombre y apellido
que aparecen al final de una «declaración« escrita a máquina, en francés; no se
sabe si fue él quien la escribió (Documento 1553-PS, rechazado como prueba en el
primer proceso de Nuremberg, VI 333-334 <<371-372>>, 362-363 <<398-399>>).
Una de las historias que circulan sobre Gerstein, cuenta que habría escrito la
declaración en la cárcel de Cherche-Midi en Francia, inmediatamente después de
lo cual habría cometido suicidio; el cadáver habría desaparecido misteriosamente
y sin dejar rastro.
Es mucho más probable que la declaración fuera escrita en francés por un
interrogador-«intérprete« judío-alemán, y que algunas contradicciones (por
ejemplo, la de que era invierno en el mes de agosto, la de encontrarse viajando
en coche en una frase y en tren en la frase siguiente) sean debidas a una
transcripción defectuosa de los apuntes de interrogación en forma de
declaración. En los procesos de crímenes de guerra seguidos a japoneses, tales
declaraciones no juradas son bastante corrientes, según la teoría de que poseen
«peso«, pero menos «peso« que las declaraciones juradas. Es también posible que
Gerstein muriese debido a las heridas infligidas durante los interrogatorios; o
puede ser que se ahorcara con la cinta de la máquina de escribir.
Más tarde, este documento fue extensamente citado en el proceso de Oswald Pohl,
donde fue «probado« que Treblinka poseía 10 «cámaras de gas« (1553-PS) y 10
«cámaras de vapor« (3311-PS) en el mismo campo, en el mismo proceso, al mismo
tiempo.
G.M. GILBERT
Una de las historias más
conocidas acerca del comportamiento y la psicología de los acusados en el
proceso de Nuremberg es aquella del psicólogo G.M. Gilbert, nacido en Alemania,
en su libro «Nuremberg Diary«. Mucho de este material consiste de
supuestas conversaciones entre los acusados u otras personas con Gilbert, o bién
entre ellos mismos (!). Se supone que Gilbert habria escrito todo esto de
memoria más tarde.
Una comparación cualquiera de tales «conversaciones«, con la copia transcrita de
los testimonios muestra claramente que los acusados no hablaban en el estilo
atribuido a ellos por Gilbert. Gilbert no tomaba apuntes; nadie más estaba
presente.
Las personas que prefieren creer que los Documentos 1014-PS, 798-PS, y L-3 son
«discursos de Hitler«, al menos en comparación con Documento Ra-27, pueden
seguir creyendo que el libro de Gilbert consta de «comentarios hechos por los
acusados en el proceso de Nuremberg«. Naturalmente, no se excluye que los
acusados pudieran haber hecho comentarios similares a los pretendidamente
«documentados« por Gilbert.
Gilbert creía que los acusados habían gaseado millones de judíos. Dado que no
sentían culpa alguna, esta era prueba de su «esquizofrenia«.
Es obvio que tal creencia por parte de Gilbert tuvo hasta cierto punto un efecto
sobre sus percepciones y su memoria, aun suponiendo que dijera lo que él
recuerda como verdad. Si mentía, no era el único «norteamericano« en Nuremberg
que lo había hecho. Telford Taylor, por ejemplo, era absolutamente incapaz de
repetir verazmente el comentario más sencillo. (Véase XX 626 <<681-682>>), los
comentarios del General Manstein, comparados con XXII 276 <<315>>), la
«citación« de Manstein por Taylor).
La mejor prueba de la falta de honradez de Gilbert es su comentario de 14
diciembre 1945: «El Mayor Walsh seguía leyendo pruebas documentales sobre el
exterminio de los judíos en Treblinka y en Auschwitz. Un documento polaco
declaraba: 'Todas las víctimas debían quitarse sus vestidos y zapatos, que
fueron recogidos más tarde, tras lo cual todas las víctimas, mujeres y niños
primero, fueron empujados a las cámaras de la muerte... los niños pequeños
fueron sencillamente echados dentro.'« (p. 69, primera edición).
La «prueba documental« es, naturalmente, un «informe de crímenes de guerra« de
origen comunista, y las «cámaras de la muerte« son, naturalmente, «cámaras de
vapor« (III 567-568 <<632-633>>).
HERMANN GÖRING
Göring fue acusado de haber
creado el sistema de los campos de concentración y de haber participado en el
complot para una «guerra de agresión« contra Polonia. Su defensa fue que
Alemania era un estado soberano, reconocido por todos los gobiernos del mundo
(XXI 580-581 <<638-639>>); que Hitler había sido elegido legalmente; que toda
nación tiene derecho de manejar sus asuntos como mejor le parezca; que el
General von Schleicher habría tratado de gobernar ilegalmente y en violación de
la constitución sin el apoyo de los nacionalsocialistas; que Alemania estaba al
bordo de la guerra civil en 1933; que los campos de concentración fueron
inventados por los británicos durante la Guerra de los Boers; y que el
internamiento de extranjeros y adversarios políticos fue practicado por la Gran
Bretaña y los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.
(En realidad, los campos de concentración fueron inventados durante la
Revolución francesa para interner a los paisanos realistas durante la rebellon
de la Vendea; se trata pues de una institución de alta estirpe «democrática«.>
La orden de crear los campos fue indudablemente legal según una cláusula de
urgencia en la constitución de Weimar, y fue firmada por Hindenburg (Decreto del
Presidente del Reich del 28 febrero de 1933), bajo la autoridad del artículo 48,
párrafo 2, de la constitución de Weimar (XVII 535 <<581>>, XIX 357 <<394>>).
Según un documento presentado por la fiscalía, Documento R-129 (III 506
<<565-566>>)), habrían 21.400 prisioneros en todos los campos de concentración
alemanes en 1939; al mismo tiempo, 300.000 personas habrían sido encarceladas en
prisiones normales (XVII 535-536 <<581-582>>, XX 159 <<178>>).
Un año después de la guerra, 300.000 alemanes fueron detenidos en campos de
internamiento aliados según cláusulas de «detención automática« en las
convenciones aliadas (por ejemplo, Punto B-5 de la Declaración Común de Potsdam)
(XVIII 52 <<62>>).
La mayor parte de los prisioneros en los campos de concentración alemanes eran
criminales comunes o comunistas. (XVII 535-536 <<581-582>>, XXI 516-521
<<570-576>>, 607-614 <<677-685>>).
Durante la guerra, debido al bloqueo, el sistema de los campos fue extendido
para utilizar la mano de obra de ciudadanos de paises enemigos, criminales,
Testigos de Jehová, y comunistas. Se indicó que también America del Norte
encarceló a 11.000 Testigos de Jehová (XI 513 <<563>>).
Gran Bretaña luchó en ambas guerras mundiales desafiando el derecho
internacional, al reducir a Alemania y todos los territorios ocupados a una
situación de hambre, por el bloqueo (XIII 445-450 <<492-497>>; XVIII 334-335
<<365-367>>). Fue esto lo que obligó a la introducción de requisitorias y de
trabajo obligatorio en los territorios ocupados, legales según el Artículo 52 de
la Convención de la Haya (cuarta convención de la Haya sobre la guerra en tierra
del 18 de octubre de 1907). Pero también fue esto lo que hacía a estas
poblaciones felices de poder trabajar en Alemania y de remitir sus salarios a
las familias (entre 2 y 3 mil millones de marcos durante la guerra).
Los mal denominados «esclavos« pagaban impuestos alemanes sobre su salarios, y
eran disciplinados con multas que no podían superar el salario de una semana (V
509 <<571>>). En casos graves de infracción de disciplina, podían ser mandados a
campos de trabajo (no a campos de concentración) por un período que no podía
superar 56 dias (XXI 521 <<575-576>>). Estaba estrictamente prohibido golpearlos
o maltratarlos.
Los prisioneros de guerra podían ofrecerse voluntariamente a ser liberados de
los campos de prisioneros de guerra para trabajar en la industria; en este caso,
eran tratados como cualquier otro trabajador industrial (XVIII 496-498
<<542-544>>), pero perdían la protección de la convención de Ginebra sobre
prisioneros de guerra. No se les podía forzar a actuar así.
El régimen de Vichy en Francia consiguió la liberación y regreso inmediato de 1
prisionero de guerra por cada 3 trabajadores mandados a Alemania para trabajar
bajo contrato durante un período de 6 meses (XVIII 497 <<543>>). De todos modos,
no hubiera sido posible violar la Convención de Ginebra sobre prisioneros de
guerra forzando a prisioneros de nacionalidad francesa, belga, u holandesa a
participar en las hostilidades contra sus propios paises, porque sus propios
paises ya no combatían (XVIII 472-473 <<516>>.
Con respecto al ataque contra Polonia, la crisis polaca existía desde hacía más
de un año antes del Pacto Molotov-Ribbentrop y los ataques alemanes y
soviéticos. Durante todo este periodo, los polacos nunca pidieron una audiencia
de arbitraje internacional imparcial; nunca llamaron a la Sociedad de Naciones;
porqué no querían una solución equitativa. Los polacos estaban satisfechos de
violar sus convenciones internacionales con la expulsión de ciudadanos polacos
de origen alemán, así como centenares de miles de judíos (XVI 275 <<304>>).
La influencia de los judíos polacos era la causa inmediata del anti-semitismo
alemán según muchos acusados y testigos de la defensa (XXI 134-135 <<155>>; XXII
148 <<169>>). Los judíos polacos habrían estado implicados en numerosos
escándalos financieros y proyectos de estafas, tales como el asunto
Barnat-Kutitsky (XXI 569 <<627>>).
En cuanto a la «conspiración para hacer la guerra en violación al derecho
internacional«, naturalmente fueron los británicos los culpables de operar de
esta manera, con sus bombardeos en masa sobre ciudades. Los soldados alemanes
entraban en batalla con instrucciones detalladas según las cuales la propiedad
privada debía ser respetada, los prisioneros debían ser tratados con humanidad,
las mujeres debían ser respetadas, etc. (IX 57-58 <<68-69>>, 86 <<100-101>>,
XVII 516 <<560>>).
Muchos procesos, con frecuentes sentencias de muerte, fueron llevados a cabo por
las fuerzas armadas alemanas contra miembros de su propio personal acusados de
estupro o saqueo, aunque el valor de los objetos fuera insignificante (XVIII 368
<<401-402>>, XXI 390 <<431>>, XXII 78 <<92>>).
La requisición de propiedad gubernamental era legal de conformidad con la
Convención de la Haya. La Unión Soviética no era signatoria de esta convención.
A pesar de todo, en los paises comunistas, no había propiedad privada alguna.
Göring dijo que había estado en Rusia y que la gente allí no tenía nada que
robar (IX 349-351 <<390-393>>).
Además, los aliados estaban haciendo en ese momento lo mismo que habían
reprochado a los alemanes (XXI 526 <<581>>; XXII 366-367 <<418-420>>).
Göring demolió la acusación en cuanto a las «experiencias médicas por medio de
una cámara a presión«, diciendo que cualquier aviador debía probar sus
reacciones a las alturas; no había nada de anormal en una «cámara a presión«
(XXI 304-310 <<337-344>>). Los norteamericanos llevaron a cabo experiencias
médicas provocando la muerte durante el mismo proceso de Nuremberg (XIX 90-92
<<102-104>>; véase también XXI 356, 370 <<393, 409>>).
Fue alegado por el Tribunal, no sin ironía, que la «guerra defensiva« incluía
ataques preventivos (XXII 448 <<508>>), o ataques para protejer a los ciudadanos
de paises extranjeros contra sus propios gobiernos (XIX 472 <<527>>; XXII 37
<<49>>), con excepción de los alemanes (X 456 <<513>>). Las objecciones según
las cuales los alemanes habrían hecho precisamente eso, quedaron desatendidas.
Los soviéticos habían concentrado 10.000 tanques y 150 divisiones a lo largo de
la frontera Este de Polonia, y habían aumentado el número de aerodromos en la
sección rusa de Polonia de 20 a 100. Posteriormente se localizaron detalladas
cartas geográficas que no hubieran sido necesarias para propósitos soviéticos
puramente defensivos. Del lado alemán, se creía que el esperar un ataque contra
los campos de petróleo de Rumania o los campos de carbón de Silesia hubiera sido
suicida (XIX 13-16 <<20-23>>, XX 578 <<630-631>>; XXII 71 <<85>>).
Parece muy improbable que las naciones con gigantescas imperios coloniales (Gran
Bretaña, Francia), o pretensiones sobre hemisferios enteros (Estados Unidos) se
pudieran haber puesto de acuerdo sobre una definición de «guerra agresiva« que
fuera realizable en la práctica. Hasta se admitió en la sentencia del proceso de
Nuremberg que los términos «defensa«, «agresión«, y «conspiración« no habían
sido definidos (XXII 464, 467 <<527, 531>>). Parece que la «guerra defensiva« no
era más que el «bellum justum« medieval acicalado en una jerga liberaloïde (IX
236-691 <<268-782>>; XVII 516-550 <<560-597>>; XXI 302-317 <<335-351>>).
RUDOLF HESS
Según el informe de Robert H.
Jackson (citado por el juez Bert. A. Röling del Tribunal de Tokio, cfr. «A
Treatise on International Criminal Law«, vol. 1, pp. 590-608, edited by M.
Cherif Bassiouni and Ved F. Nanda, Chas Thomas Publisher), los británicos,
franceses, y soviéticos en Nuremberg no querían acusar a los alemanes de «guerra
agresiva«, por razones bien evidentes. Esta acusación fue inventada por los
norteamericanos con un objectivo único, expreso y admitido: justificar las
numerosas violaciones al derecho internacional por parte de los norteamericanos.
Estas acciones ilegales incluían el Lend Lease Programme; los servicios
de escolta y reparación de navíos de guerra británicos durante dos años antes de
Pearl Harbor; el permiso dado a navíos de guerra británicos de disfrazarse de
navíos norteamericanos mientras que Norteamerica era todavía oficialmente
neutral; la declaración ilegal de un límite marítimo de 300 millas; la ocupación
de Islandia; la comunicación a los británicos de los movimientos de submarinos
alemanes e italianos; los ataques con bombas y por medio de colisiones contra
submarinos alemanes e italianos a partir de julio de 1941; y otras acciones
obviamente indicativas de «guerra agresiva«.
Así, Rudolf Hess fue encarcelado durante 47 años no tan sólo por acciones que no
eran ilegales (su tentativa heroica de poner fin a la guerra, salvar millones de
vidas humanas, e impedir la destrucción de Europa y el imperio británico), sino
por «crímenes« que se inventaron para disimular los crímenes de sus acusadores.
No se alegó en Nuremberg que Alemania hubiera cometido una «agresión« contra
Gran Bretaña y Francia; si Gran Bretaña y Francia cometieron o no una «Agresión«
contra Alemania, nunca se llegó a resolver (IX 473 <<525>>; XVII 580 <<629>>).
Hess fue acusado de haber conspirado al realizar tentativas para que Gran
Bretaña se retirase de la guerra para facilitar el ataque de Hitler contra la
Unión Soviética. Su defensa fue que su acción se motivó por sinceridad pura; no
sabría nada acerca de un ataque contra Rusia.
El cierre de la defensa de Rudolf Hess aparece en XIX 353-396 <<390-437>>. En su
declaración final, casi la única que hizo (XXII 368-373 <<420-425>>), da la
impresión de ser un hombre capaz de hacerse totalmente el loco en un momento
dado, pero brillantemente lúcido, sano, y lógico un momento después. Es posible
que tal condición hubiera sido adquirida en la Gran Bretaña.
Photo: Escombros del avión piloteado por Rudolf Hess hacia Inglaterra en su
esfuerzo heroico de poner fin a la guerra, con el resultado de su condena por
«crímenes contra la paz«.
RUDOLF HÖSS
Rudolf Höss fue el comandante
de Auschwitz, cuyas supuestas «confesiones« habrían «probado« que Hitler habría
gaseado a seis millones de judíos (o cinco millones, la cifra normalmente citada
en el proceso de Nuremberg). Su «confesión« mejor conocida es aquella citada por
William L. Shirer en las páginas 968-969 de The Rise and Fall of the Third
Reich.
Este documento, Documento 3868-PS, debe ser estudiado en su contexto. La
«declaración« escrita ex-parte (eso es, sólo uno de los interesados está
presente) fue uno de los principales instrumentos de la parte acusadora en los
procesos medievales por brujería. Este método desapareció durante varios siglos
para reaparecer en los procesos-espectáculo comunistas por crímenes de guerra.
Estos documentos constituyen una infracción de numerosas reglas de proceso penal
normalizado, por ejemplo, la regla contra el uso de cuestiones sugestivas; la
regla contra la presentación de declaraciones anteriores concordantes (esto es,
la fabricación de pruebas por multiplicación, diciendo la misma cosa 10 veces;
normalmente tales declaraciones sólo se presentan cuando contradicen
declaraciones hechas más tarde); el derecho del acusado de confrontar a su
acusador y de contra-interrogarlo, así como el privilegio contra la
auto-acusación. Las «pruebas« presentadas en los procesos de crímenes de guerra
ni siquiera serían admisibles delante de un consejo de guerra. Aun en 1946, la
presentación por la fiscalía de declaraciones escritas delante de tribunales
militares en casos capitales fue prohibido por el artículo 25 de los US Articles
of War (artículos de guerra norteamericanos). El artículo 38 exigía el uso de
las reglas normalizadas de evidencia federal (Federal Rules of Evidence).
En el proceso de Nuremberg, no existió jamás la más mínima pretensión de que
Höss hubiera escrito este documento personalmente. De ser así, el documento
diría, no «Comprendo el inglés como ha estado escrito encima«, sino «He escrito
este documento yo mismo«. En los procesos de crímenes de guerra de menor
importancia (Hadamar, Natzweiler), es corriente hallar «confesiones« escritas
enteramente en la escritura del interrogador, en inglés, con una declaración al
final en la escritura del prisionero, en alemán, que afirma que las
declaraciones han sido hechas por él, y que se declara satisfecho con la
traducción al inglés!
Otra fórmula se halla en la página 57 del volumen Hadamar de War Crimes Trials,
escrito por el acusador Sir David Maxwell-Fyfe: «I certify that the above has
been read to me in German, my native tongue (Certifico que el precedente se me
ha leido en alemán, mi lengua madre)« (en inglés).
La pretensión era que el prisionero habría sido interrogado bajo la forma de
preguntas y respuestas; las preguntas habrían sido suprimidas después, y las
respuestas reagrupadas bajo la forma de una declaración, normalmente por otra
persona que el interrogador quien había hecho las preguntas.
En el proceso Belsen, por ejemplo, todas las declaraciones fueron escritas por
un solo oficial, Major Smallwood. En este proceso, una especie de proceso
Auschwitz-Belsen fusionados, los abogados por la defensa, británicos y polacos
no comunistas designados por el Tribunal, demolieron totalmente el caso de la
fiscalía -- incluso las «selecciones para los gaseamientos en masa« -- pero sus
argumentos fueron rechazados bajo el pretexto de que las declaraciones
involuntarias y las evidencias de oídas serían admisibles «no para condenar a
los inocentes, sino para condenar a los culpables« (Law Reports of Trials of
War Criminals, Vol. II (este pequeño volumen debe leerse en su integridad).
Después de la preparación de la declaración por el oficial que no hacía nada más
que escribir «declaraciones«, fue presentada al prisionero para su firma. Si
rehusaba firmar, la declaración se presentaba al tribunal como prueba de todas
formas; en la jerga de los procesos de crímenes de guerra, toda objección se
aplicaba contra el «peso« del documento, y no contra su «admisibilidad«.
Un ejemplo de una declaración no firmada por Höss es el Documento NO-4498-B. La
letra B quiere decir que el documento es una «copia«, con firma hecha con
máquina de escribir, de un documento original, Documento NO-4498-A, escrito en
polaco, que se pretende que fue firmada por Höss. Está también el Documento
NO-4498-C, en inglés. Las declaraciones A y C no son anexadas a la declaración
B, la pretendida «copia conformada«.
El Documento 3868-PS, citado por Shirer, fue firmado en inglés, 3 veces, pero
nunca en la «traducción« al alemán, fechada 3 dias más tarde. El documento
contiene una modificación insignificante firmada por Höss con una inicial, una
«h« minúscula, y una frase entera en la escritura del interrogador (compárense
las «W« mayúsculas), no firmada por Höss. La inicial, es evidente, está allí
para «probar« que Höss ha «leído y corregido« el documento. El contenido de la
frase está refutado en otra parte (XXI 529 <<584>>).
Cuando la declaración era presentada al prisionero, muy a menudo era
extensivamente corregida, lo que resultaba en 2 o más versiones del mismo
documento. En estos casos, las versiones más largas son «citadas«, mientras que
las versiones más cortas quedan «perdidas«. Un ejemplo de esta práctica es el
Documento D-288, citado por William L. Shirer en las páginas 948-949, la
declaración de Wilhelm Jäger (véase Albert Speer).
Jäger testificó haber firmado 3 o 4 copias del mismo documento, que además fue
mucho más corto. La declaración más corta fue originalmente presentada contra el
viejo Krupp antes de que se abandonara la prosecución de Krupp. En esta, la más
larga, la traducción al inglés está fechada antes que el documento «original«.
La aparición de Jäger ante el Tribunal supuso pues un desastre total, pero eso
queda olvidado (XV 264-283 <<291-312>>).
Si el signatario aparecía para testificar, contradecía invariablemente su
declaración, pero las contradicciones habrían de quedar olvidadas. Entre los
signatarios de declaraciones cuyas apariciones delante del Tribunal fueron
catastróficas se hallan, entre otros, el General Westhoff, quien contradijo su
«declaración« no jurada 27 veces (XI 155-189 <<176-212>>); y un «experto en
guerra bacteriológica«, Schreiber (XXI 547-562 <<603-620>>). La declaración de
Paul Schmidt (Schmidt era el intérprete de Hitler), Documento 3308-PS, se le
presentó para su firma mientras estaba demasiado enfermo para leerla
correctamente, y fue parcialmente repudiada por él más tarde (X 222 <<252>>). Se
utilizó esta declaración contra Von Neurath de todas formas, a pesar de haber
sido repudiada por Schmidt (XVI 381 <<420-421>> XVII 40-41 <<49-50>>). Ernst
Sauckel firmó una declaración escrita antes de su llegada a Nuremberg (XV 64-68
<<76-80>>); fue firmada bajo amenaza (de lo contrario su mujer y 10 hijos
hubieran sido entregados a los polacos o a los rusos).
Dado que los firmantes raramente escribían (si es que lo hicieron realmente
alguna vez) sus propias «declaraciones«, es común hallar frases o párrafos
idénticos, o casi idénticos, en diferentes documentos, aun cuando se pretende
que han sido preparados por diferentes personas en fechas diferentes, por
ejemplo, Declaraciones 3 y 5 de Blaskovitz y Halder (Pruebas 536-US y 537-US;
Documentos URSS-471 y URSS 472 y 473; y Documentos URSS-264 y 272 (declaraciones
acerca del jabón de grasa humana).
Entre las declaraciones firmadas por Höss se hallan, entre otras el Documento
NO-1210, en el cual se escribió primero el inglés, con extensivas
interpolaciones, adiciones, y correcciones e incluso 2 esbozos diferentes de las
páginas 4 y 5, tras lo cual fue traducido al alemán y fue firmado por Höss. Es
decir, el «documento original« es la traducción, y la «traducción« es el
documento original.
El Documento 749(b)D pretende haber sido «traducido oralmente« del inglés al
alemán por Höss antes de ser firmado. La firma es débil hasta el punto de ser
ilegible, lo que podría posiblemente indicar enfermedad, cansancio, o maltrato.
El maltrato ha sido descrito por Rupert Butler en Legions of Death
(Hamlyn Paperbacks).
La «confesión« citada por Sir David Maxwell Fyfe el 1 abril 1946 (el día de los
tontos) en la cual Höss «confesaba« haber asesinado a cuatro millones de judíos
(X 389 <<439-440>>), en vez de los dos millones y medio «confesados« el 5 de
abril de 1946, bien pudo no haber existido nunca, o fue rapidamente
«extraviada«.
No es verdad que el testimonio de Höss en el proceso de Nuremberg haya
consistido, en su mayor parte, de una confirmación de las afirmaciones hechas en
su «declaración«; eso es verdad únicamente acerca del re-cuestionamiento de Höss
por el Coronel John Amen del U.S. Army.
Al contrario, Höss apareció para testificar, y, como de costumbre,
contradiciendose a sí mismo y a su declaración, lo más posible (XI 396-422
<<438-466>>).
Por ejemplo, cuando la declaración afirma (XI 416 <<460>>) «sabíamos cuando las
víctimas estaban muertas porque dejaban de gritar« (una evidente imposibilidad
toxicológica), su testimonio oral (XI 401 <<443>>, en respuesta a las preguntas
altamente sugestivas del abogado para la «defensa« de Kaltenbrunner), omitía que
las víctimas hubieran quedado inconscientes, lo que no explica cómo, de hecho,
se hubiera podido saber si las víctimas habían muerto.
Aparentemente Höss olvidó mencionar que el matar insectos con Zyklon B requería
2 días, un hecho que no dejó de mencionar en otra parte (Documento NO-036, p. 3,
texto alemán, respuesta a pregunta 25; véase también Kommandant in Auschwitz,
p. 155). Con un veneno con tal acción retardada, las víctimas se habrían
sofocado primero.
Höss habría alegado que la orden de matar a los judíos de Europa había sido
impartida oralmente (XI 398 <<440>>), mientras que las órdenes para guardar
secreto en cuanto a las matanzas habrían sido dadas por escrito repetidas veces
(XI 400 <<442>>. Testificó que unas víctimas habían sido quemadas en fosas
profundas en Auschwitz (un pantano notorio) (XI 420 <<464>>); que los dientes de
oro eran fundidos sobre el terreno (XI 417 <<460>>); que una evacuación de los
prisioneros para evitar su captura por los rusos habría conducida a fatalidades
evitables (XI 407 <<449-450>>), y, casi, que no hubo ningún programa de
exterminio en absoluto! Vale la pena citar esto último:
«Hasta que estalló la guerra en 1939, la situación en los campos, en cuanto a
la comida, el alojamiento, y el trato a los prisioneros fue la misma que en
cualquier otra prisión o institución penitenciaria del Reich. Los prisioneros
fueron tratados severamente, sí, pero no había la menor posibilidad de golpes o
maltratos metódicos. El Reichsführer daba ordenes frecuentes de modo que todo
hombre SS que tratase con violencia a un prisionero sería castigado, y muchas
veces hombres de las SS que maltrataron prisioneros fueron realmente castigados.
La comida y el albergue en aquella época fueron colocados al mismo nível en
todos los respectos como para cualquier otro prisionero bajo administración
legal. El alojamiento en los campos en este período era aún normal, porque la
afluencia en masa durante la guerra no era todavía un hecho. Con el inicio de la
guerra y el principio de las llegadas en masa de presos políticos, y más tarde,
cuando los presos miembros de los movimientos de resistencia llegaron de los
territorios ocupados, la construcción de edificios y la extensión de los campos
ya no se podía mantener con los números de presos que llegaban. Durante los
primeros años de la guerra, se podía todavía hacer frente a este problema con
medidas improvisadas; pero más tarde, debido a las exigencias de la guerra, ya
no fue posible, porque ya no nos quedaba casi ningún material de construcción«
(N.B.: Se pretende que los cadáveres hayan sido cremados utilizando madera
como combustible.)
«(...) Todo eso condujo a una situación de escasez en la cual los presos en
los campos ya no tenían suficiente resistencia física contra las consecuentes
plagas y epidemias (...)
«El objetivo no era el tener la mayor cantidad de muertos posible, o de
aniquilar el mayor número de presos posible. El Reichsführer tenía que ocuparse
constantemente con los problemas en el empleo de todas las fuerzas posibles en
las industrias de armamento (...)
«Estos supuestos maltratos y torturas en los campos de concentración, historias
que fueron divulgadas en todos sitios entre la gente, y particularmente por los
presos liberados por los ejércitos de ocupación, no fueron, como se supone,
infligidos metodicamente, sino por jefes, o jefes subordinados, y sus hombres,
que arremetían con violencia contra ellos (...)
«Si una historia de esta naturaleza llegaba a mi atención, el reo era
naturalmente retirado de su puesto o transferido a otra parte. De manera que,
aunque no fuese castigado porqué no había pruebas para mostrar su culpabilidad,
era relevado y trasladado a otra posición (...)
«La situación catastrófica al final de la guerra fue causada por el hecho que,
como resultado de la destrucción de los ferrocarriles y de los bombardeos
constantes de las fábricas industriales, ya no era posible ocuparse de estas
masas como se debía, por ejemplo, en Auschwitz, con sus 140.000 prisioneros.
Medidas improvisadas, columnas de camiones, y todo lo que fue probado por los
comandantes para mejorar la situación, eran inútiles, o casi inútiles. El número
de enfermos crecía hasta el infinito. No nos quedaba casi nada de medicamentos,
se expandían las epidemias por todas partes. Los presos capaces de trabajar
fueron utilizados constantemente por orden del Reichsführer; hasta los
semi-enfermos debían ser utilizados en todas partes, todo lo posible para la
industria. Como consecuencia, cualquier lugar en los campos de concentración
capaz de ser utilizado de alguna manera para el alojamiento, estaba lleno de
presos enfermos y moribundos (...)
«Al final de la guerra, aún existían 13 campos de concentración. Todos los otros
puntos marcados aqui en el mapa indican los así llamados campos de trabajo,
anexados a las fábricas de armamentos situadas allí (...)
«Si hubo maltratos de presos por parte de los guardias -- personalmente no los
he visto nunca -- entonces, era posible sólo hasta un cierto punto, porque todos
los oficiales responsables de los campos tomaban medidas para asegurarse de que
los hombres de las SS tuvieran el menor contacto directo posible con los
prisioneros, ya que gradualmente con los años, el personal de guardia se había
deteriorado hasta tal punto que ya no se podían mantenerse las viejas normas
(...)
«Teníamos miles de guardias que casi no hablaban alemán, que venían de todos los
paises del mundo como voluntarios y que se alistaban en estas unidades; o
teniamos hombres más viejos, entre 50 y 60 años, a quienes les faltaba todo
interés en su trabajo, de manera que un comandante debía preocuparse
constantemente para asegurarse de que cumpliesen hasta con las normas más
ínfimas de sus deberes. Ademas, era obvio que había elementos entre ellos que
maltratarían a los presos, pero tales maltratos nunca fueron tolerados. Además,
ya no era posible hacer que los hombres de las SS dirigieran estas masas al
trabajo y en los campos; de modo que se debía delegar presos para dar
instrucciones a otros presos y hacerlos trabajar, y ellos tenían la
administración del campo casi exclusivamente en sus manos. Es evidente que hubo
muchos maltratos que no se podían evitar, porque por la noche no había casi
ningún miembro de las SS en los campos. No les era permitido a los hombres de
las SS entrar en los campos salvo en casos específicos, así que los presos eran
más o menos expuestos a sus superiores presos.«
Pregunta (del abogado de la defensa de la SS, Dr. Blobel):
«Ya mencionó usted las regulaciones que existían en cuanto a los guardias,
pero hubo también un reglamento establecido por todos los campos. En este
reglamento de los campos, se establecían los castigos a los presos que hubieran
cometido infracciones contra las regulaciones de los campos. xDe que castigos se
trataba?«
Respuesta:
«Primero, traspaso a una «compañia penal« (Strafkompanie), esto es, trabajo
más duro, y restricciones en el albergue; después, detención en el block de
celdas, detención en una celda oscura; y en casos muy graves, el ser atado con
cadenas o esposas. El castigo con los grilletes (Anbinden) fue prohibido en el
año 1942 o 1943, ya no sé exactamente cuando, por el Reichsführer. Después,
estaba el castigo de tener que cuadrarse durante largos períodos a la entrada
del campo (Strafstehen), y luego, castigos con golpes. No obstante, estos
castigo por golpes no se podían decretar por cualquier comandante
independientemente. Debía ser solicitado.«
-- Testimonio oral de Rudolf Höss, 15 abril 1946 (XI 403-411 <<445-454>>).
Höss parece haber estado motivado por el deseo de salvar a su mujer y 2 hijos, y
de salvar a otros acusados por medio de un testimonio según el cual sólo 60
personas habrían tenido conocimiento acerca de los exterminios en masa. Höss
parece haber intentado salvar a Kaltenbrunner por medio de una implicación de
Eichmann y Pohl, que todavía no habían sido capturados. (Para un caso similar,
véase la declaración de Heisig en su tentativa de implicar a Raeder, XIII
460-461 <<509-510>>).
Höss fue un «testigo de la defensa«, cuyo contra-interrogatorio por la fiscalía
fue interrumpido por la fiscalía misma (XI 418-419 <<461-462>>). Puede ser que
tuvieran miedo de que Höss echase abajo todo el edificio de mentiras.
La famosa «autobiografía« de Höss, «Kommandant in Auschwitz«,
probablemente establecida en forma de preguntas y respuestas durante
interrogatorios a modo de una gigantesca «declaración«, y luego escrita de
cuerpo entero para ser copiada en la escritura de Höss, no es mucho mejor. En
este libro, texto alemán, los fuegos de la cremación habrían sido visibles a
muchos kilómetros (p. 160-161), el hedor habría sido perceptible a kilómetros de
distancia (p. 159). Todo el mundo en la región habría sido consciente de los
exterminios (p. 159), las víctimas sabrían que habían de ser gaseadas (p. 110,
111, 125), sin embargo aún era posible engañarlas (p. 123-124); véase también el
Documento 3868-PS), y sus familiares no sabrían nunca nada (p. 129-130). Höss
era un alcohólico crónico que «confesaba« estas enormidades después de haber
bebido (p. 95) o cuando se le torturaba (p. 145). No es cierto que, según p. 126
de este libro, texto alemán, los cadáveres hubieran sido retirados de las
cámaras de gas por los Kapos mientras comían y fumaban, y/o no llevaban mascaras
de gas; el texto no dice eso. (Robert Faurisson ha probado que Höss hizo tal
afermación, pero otra parte, durante una «interrogation«.)
La «traducción« polaca de este libro, publicada antes del «texto original«
alemán, parece concordar con el texto alemán, con excepción de nombres de
lugares y fechas que no aparecen. Esto es, el polaco es muy probablemente el
idioma original, habiendo sido insertados después los detalles en la versión
alemana.
Los textos integros y no expurgados de las «obras completas« de Rudolf Höss (?),
(en polaco), son disponibles solicitando un préstamo internacional bibliotecario
(Wspomnienia Rudolfa Hössa, Komendanta Obozu Oswiecimskiego).
PROCESOS DE«CRIMENES DE GUERRA« JAPONESES
Mientras que los acusados
alemanes fueron condenados por haber fabricado el «jabón humano« (tomado en
serio en la séptima edición del prestigioso Oppenheim & Lauterpacht's
International Law, vol. II, p. 450), los acusados japoneses fueron
condenados por haber fabricado «sopa humana«.
No se trata de un simple juego de palabras, ni de un error de imprenta
(«Soap/Soup«); al contrario, en 1948, se consideró como un «hecho comprobado«
que los japoneses eran una raza de caníbales incurables, a los cuales se les
prohibió bajo pena de muerte devorar los cadáveres de sus propios muertos, pero
a quienes se les fomentaba oficialmente comer a los norteamericanos. Los
norteamericanos habrían sido servidos fritos, o en sopa; los seres humanos
habrían sido devorados aun cuando otros comestibles eran disponibles. Es decir,
los japoneses se habrían dedicado al canibalismo preferentemente por gusto más
que por necesidad. Las partes del cuerpo preferidas por sus cualidades
culinarias serían el hígado, el páncreas, y la vesícula biliar; los chinos
habrían sido engullidos en forma de pastilla!
Entre los procesos en los cuales esta acusación pretende haber sido «probado« se
hallan, entre otros, U.S. vs. Tachibana Yochio and 13 others, Mariana Islands,
2-15 agosto, 1946; Commonwealth of Australia, V. Tazaki Takehiko, Wewak, 30
noviembre 1945; Commonwealth of Australia vs. Tomiyasu Tisato, Rabaul, 2 abril
1946; y el más complicado de todos los procesos de crímenes de guerra, el
International Military Tribunal for the Far East (IMTFE), personalmente
controlado por Douglas MacArthur, que comenzó en el mes de mayo 1946 y que duró
hasta diciembre 1948 (véase The Tokyo Judgement, vol. 1, pp. 409-410,
University of Amsterdam Press, 1977, pp. 49.674-5 del registro literal
ciclografiado.
Los 25 acusados que sobrevivieron el proceso fueron todos condenados; 7 fueron
ahorcados.
Sus crímenes incluían los siguientes, entre otros:
Preparación, inicio, y ejecución de una «guerra de agresión« contra la Unión
Soviética (la Unión Soviética atacó Japón 2 días después de Hiroshima en
violación de un pacto de no agresión; en ese mismo día se firmó el London
Agreement, en conformidad con lo cual se llevó a cabo el proceso de Nuremberg);
preparación, inicio, y ejecución de una «guerra de agresión« contra Francia
(Francia se halla en Europa); bloqueo ilegal marítimo y bombardeo sin distinción
de las poblaciones civiles (caso contra Shimada; esto es, lo que hacían los
británicos en Europa habría sido criminal si los japoneses fuesen culpables);
juicio ilegal de «criminales de guerra« delante de un tribunal militar (caso
contra Hata und Tojo; véase también U.S. vs. Sawada, probablemente la acusación
más hipócrita posible; las víctimas fueron 7 norteamericanos que habían
bombardeado sin distinción poblados japoneses, con 80.000 mujeres y niños
quemados vivos); y canibalismo. No se pretendió que los acusados hubieran
devorado a nadie personalmente.
Las «pruebas« incluían:
- informes de comisiones soviéticas de crímenes de guerra
- informes de comisiones chinas de crímenes de guerra
- informes soviéticos basados sobre documentos japoneses, que no se anexaron a
los informes
- sumarios de las agresiones militares japoneses en la China (establecidos por
los chinos)
- 317 Judge Advocate General War Crimes Reports (informes de comisiones de
crímenes de guerra norteamericanos, total: 14.618 páginas); estos informes
pretendian «citar« (al menos así se suponía) los documentos japoneses
«capturados«, tales como diarios personales, confesiones de canibalismo, órdenes
de cometer exterminios en masa, órdenes de gasear a los prisioneros en islas
remotas del sud- Pacífico, etc.; los documentos «capturados« no se anexaron a
los informes; las pruebas de su autenticidad (y existencia) naturalmente no se
exigieron nunca;
- declaraciones de soldados japoneses presos en Siberia
- declaraciones de soldados japoneses refiriéndose a los japoneses como el
«enemigo«
- declaraciones de oficiales del Ejército Rojo
- declaraciones de aborígenes analfabetos de pequeñas islas en el sud- Pacífico
- recortes de periódicos norteamericanos (prueba admisible para la fiscalía,
pero normalmente no para la defensa; esto es, acontecimientos en China fueron
probados por medio de citaciones del Chicago Daily Tribune, el New
Orleans Times- Picayune, el Sacramento Herald, Oakland Tribune, New York
Herald, New York Times, Christian Science Monitor, etc.
- las memorias del Marqués Takugawa (escritas en inglés y nunca leídas para él
en japonés)
- los comentarios de Okawa (Okawa fue declarado loco e internado en un
manicomio, pero se utilizaron sus comentarios como pruebas)
- los testimonios de Tanaka (un testigo profesional pagado por los americanos;
Okawa, estando borracho, habría confesado todo a Tanaka; Tanaka «el Monstruo«
Ryukichi fue presumiblemente responsable de millones de atrocidades, pero no fue
nunca procesado; al contrario, viajaba libremente por todas partes del Japon)
- el diario personal de Kido (rumores acerca de todos los que no gustaban a
Kido)
- las memorias de Harada (Harada había sufrido un ataque cerebral, de manera que
el texto dictado por él fue ilegible; hasta qué punto seria capaz de recordar, y
exactamente lo que habría querido decir, se tenía que adivinar; las traducciones
eran sencillas suposiciones; muchas «copias« habrían sido «corregidas« por toda
una serie de personas distintas de las personas a las cuales había dictado, y
que no estuvieron presentes durante los dictados; además, tenía fama de ser muy
embustero).
La respuesta de la fiscalía a los argumentos de la defensa al final del proceso,
rechazó todas las pruebas de la defensa bajo el pretexto de que los documentos
son los mejores testigos. Si la fiscalía y la defensa citasen el mismo
documento, la defensa habría citado fuera del contexto, pero nunca la fiscalía.
La evidencia de oídas tendría valor como prueba; los extractos de periódicos
tendrían valor como prueba; los testimonios de los testigos de la defensa no
tendrían ningún valor de prueba; los contra-interrogatorios serían una pérdida
de tiempo.
Cinco de los 11 jueces, William Webb de Australia, Delfin Jaranilla de las Islas
Filipinas, Bert A. Röling de los Paises Bajos, Henri Bernard de Francia, y R.B.
Pal de India, presentaron sentencias dispares. Pal escribió una sentencia
disidente de 700 páginas, en la cual caracterizó las pruebas de la fiscalía
acerca de las atrocidades como «carentes de valor en su mayor parte«, remarcando
sarcasticamente que esperaba que uno de los documentos estuviera escrito en
japonés.
Una particularidad de los procesos de crímenes de guerra es que, lejos de probar
cualquier cosa, todos los procesos se contradicen. Se mantuvo en el proceso de
Tokio que los chinos tendrían el «derecho« de violar tratados «injustos«, y que
los esfuerzos de los japoneses por hacer cumplir estos tratados, debido a su
«injusticia«, habrían constituido una «agresión«.
Cuando se dejaron caer las bombas atómicas, Shigemitsu había intentado negociar
una capitulación desde hacía casi 11 meses, desde el 14 septiembre 1944.
Naturalmente, eso se convirtió en otro crimen: «prolongación de la guerra por
medio de las negociaciones«.
Las «pruebas« de las actividades canibalisticas japonesas constan de JAG Report
317, pp. 12.467-8 de la copia transcrita de las audiencias ciclostilada;
Documentos 1446 y 1447, pp. 12,576-7, Documento 1873, pp. 14.129-30, y
Documentos 2056A y B, pp. 15.032-42.
ALFRED JODL
JODL fue ahorcado por su
complicidad en el «Kommandobefehl«, una orden de fusilar a aquellos soldados
británicos que combatían vestidos con ropas civiles y que estrangulaban a sus
propios prisioneros de guerra (XV 316-329 <<347-362>>).
La defensa de Jodl era que el derecho internacional está provisto para protejer
a los hombres que combaten como soldados. Los soldados deben portar sus armas
abiertamente, llevar insignias o uniformes claramente reconocibles, y tratar a
sus prisioneros con humanidad. La guerra de los partisanos y las actividades de
los comandos británicos se prohibían expresamente bajo el derecho internacional.
El enjuiciar y ejecutar a tales comandos sería legal si fuera hecho de
conformidad con el artículo 63 de la convención de Ginebra de 1929 sobre
prisioneros de guerra (N.B. véase también el Dissentient Judgement of Judge
Rutledge, U.S. vs. Yamashita, y el Habeas corpus action of Field Marshall
Milch.).
En verdad, muy pocos hombres fueron ejecutados como resultado del Kommandobefehl
(55 en Europe del Oeste, según Sir David Maxwell-Fyfe, XXII 284 <<325>>. La
intención del mismo era de disuadir a los hombres de combatir de esta manera,
creyendo que sencillamente podrían rendirse después.
Otro «crimen« fue el haber notificado al Jefe del Ejército que Hitler había
repetido una orden ya emitida de que no se debía aceptar ninguna oferta de
rendición de Leningrado.
Como tantos otros crímenes alemanes, quedó este sin efecto, puesto que no se
recibió ninguna oferta de rendición. La intención era la de forzar a la
población a retirarse, dado que sería imposibile alimentar a millones de civiles
y de prisioneros, y evitar epidemias. Se dejaron espacios vacíos hacia el Este
en las lineas alemanas para permitir el retiro de la población. Kiev, Odessa, y
Kharkov habrían capitulado pero fueron minadas, matando a miles de soldados
alemanes con bombas de efecto retardado. Se necesitaban los muelles para
propósitos militares; los ferrocarriles rusos fueron construidos sobre un ancho
de vía distinto del alemán; no hubiera sido posible avanzar suficientes
suministros para alimentar millones de prisioneros o judíos medio-famélicos. La
mentira soviética de que los alemanes habrían masacrado a millones de presos
rusos fue tomada en serio por muchas personas sin conocimiento de la causa de la
mortalidad. La copia del documento acerca de Leningrado, Document C-123, no
lleva firma.
El caso de Jodl representa lo absurdo de todo el proceso. En palabras de su
defensor, el Dr. Exner:
«Asesinato y revolución. En tiempo de paz, esto hubiera significado guerra
civil; en tiempos de guerra, el derrumbamiento inmediato del frente y el fin del
Reich. Debería entonces haber gritado: Fiat justitia, pereat patria? La
fiscalía parece verdaderamente ser de la opinión de que tal comportamiento
pudiera exigirse de los acusados. ÷Qué asombroso concepto! Si asesinato y
revolución se pudieran justificar moralmente se tendría que dejar en manos de
filósofos y teólogos. De cualquier manera, nosotros juristas ni siquiera podemos
discutirlo. xSer obligado bajo pena de castigo a matar al Jefe de Estado? xUn
soldado debe actuar asi? Y además, xdurante la guerra? Los que han cometido
tales crímenes fueron siempre castigados, pero castigarlos por no haberlos
cometido, seria verdaderamente algo nuevo« (XIX 45 <<54>>; XXII 86-90
<<100-105>>).
(En los procesos por crímenes de guerra japoneses, se ahorcaron a los generales
por haberse mezclado en política.)
A este respecto, el Dr. Exner dijo: «En una sola página del trial-brief
inglés-norteamericano, se lee seis veces: 'Jodl was present at' (Jodl estaba
presente). xQué quiere decir eso legalmente?« (XIX 37 <<44>>).
Jodl fue interrogado por uno de los procuradores soviéticos, Col. Pokrovsky,
«xSabía usted, que los ejércitos alemanes... ahorcaban a la gente con la cabeza
abajo, y asaban a sus prisioneros de guerra a la parrilla? xLo sabía usted?«
A lo cual Jodl respondió, «No sólo no lo sabía, no me lo creo.« (XV 545
<<595>>). El vasto campo de los procesos por crímenes de guerra, resumido en 3
frases cortas. (XV 284-561 <<313-612>>; XVIII 506-510 <<554-558>>; XIX 1-46
<<7-55>>).
ERNST KALTENBRUNNER
Con ocasión del
contra-interrogatorio de Ernst Kaltenbrunner, se le preguntó con indignación
cómo podía tener el descaro de pretender que él había dicho la verdad y que 20 ó
30 testigos, habían mentido (XI 349 <<385>>).
Los «testigos«, naturalmente, no comparecieron delante del Tribunal; se trataba
de nombres escritos en pedazos de papel. Uno de estos nombres es el de Franz
Ziereis, el comandante del campo de concentración de Mauthausen.
En su pedazo de papel, Ziereis «confesó« haber gaseado a 65.000 personas,
fabricado pantallas de lampara en piel humana, y falsificado dinero. También
proveyó una tabla complicada de informaciones estadísticas, incluso una lista de
los números exactos de prisioneros en 31 campos de trabajos distintos. Luego
acusó a Kaltenbrunner de haber dado la orden de matar a todos los presos del
campo (Mauthausen) al avecinarse los norteamericanos.
Ziereis estaba muerto desde hacía ya 10 meses cuando hizo su «confesión«;
afortunadamente, la «confesión« habría sido «documentada« por otra persona que
tampoco compareció delante del Tribunal -- un prisionero llamado Hans Marsalek
-- pero cuya firma aparece en el documento (Documento 3870-PS, XXXIII 279-286).
Las páginas 1 a 6 de este documento estan escritas entre comillas (!), incluso
la tabla estadística, que afirma, por ejemplo, que habían 12.000 presos en
Ebensee; 12.000 en Mauthausen; 24.000 en Gusen I y II; 20 presos en
Schloss-Lindt, 70 presos en Klagenfurt-Junkerschule, etc. en los 31 campos de la
tabla.
El documento no está firmado por nadie más que pudiera haber alegado estar
presente durante la «confesión«; eventuales apuntes que pudieran haber sido
tomados contemporaneamente y anexados al documento parecen no existir. El
documento lleva sólo 2 firmas: la de Hans Marsalek, el preso, y la de Smith W.
Brookhart Jr., U.S. Army. El documento lleva la fecha de 8 abril 1946. Ziereis
murió el 23 mayo de 1945.
Se pretende que Ziereis estaba demasiado enfermo (murió de heridas de bala en el
estomago) para firmar nada establecido contemporaneamente, pero habría estado en
bastante buena salud para «dictar« este largo y complejo documento, el cual
habría sido «documentado« al pie de la letra por Marsalek durante 10 meses y
medio. Naturalmente, Marselek no había tenido ningún motivo para mentir! El
documento está escrito en alemán. Brookhart fue un escritor fantasma de
confesiones, que también escribió las confesiones de Rudolf Höss (en inglés,
Documento 3868-PS) y las de Otto Ohlendorf (en alemán, Documento 2620-PS).
(Dirección de Brookhart en 1992: 18 Hillside Drive, Denver, Colorado USA; era
hijo del Senador de Washington Iowa.)
La «confesión« de Ziereis continua siendo tomada en serio (mas o menos) por
Reitlinger, Shirer, Hilberg, y otros buhoneros ambulantes de pararruchas estilo
«Holocaust«.
Kaltenbrunner afirmó que habían 13 campos de concentracion centrales, o
«Stammlager«, durante la guerra (XI 268-269 <<298-299>>). El gran total de 300
campos de concentracion afirmado por la fiscalía habría sido obtenido incluyendo
campos de trabajo normales. El trigésimo campo, Matzgau, en las cercanias de
Danzig, habría sido un campo especial, cuyos presos eran los guardias de las SS
y los miembros de la policia que habrían sido condenados por ofensas contra
presos a su cargo, tales como maltratos fisicos, malversaciones de fondos,
hurtos de efectos personales, etc. Este campo, con su población de presos SS,
había caido en manos de los rusos al fin de la guerra (XI 312, 316 <<345,
350>>).
Kaltenbrunner alegó que las sentencias de los tribunales SS y de la policía eran
mucho más severas que las de los tribunales ordinarios, por las mismas
infracciones. Las SS frecuentemente procesaban sus propios miembros acusados de
delitos contra los presos, o por violaciones de disciplina (XXI 264-291, 369-370
<<294-323, 408-409>>).
Metodos de «tercer grado« habían sido permitidos por la ley con el único
proposito de obtener informaciones sobre las actividades futuras de resistencia;
tales metodos se prohibieron con el propósito de obtener confesiones. Estas
interrogaciones requerían la presencia de un médico, y permitían un total de 20
golpes de palo sobre las nalgas desnudas, sólo una vez, un procedimiento que no
se podía repetir más tarde. Otras formas de «tortura nazi« eran, entre otras, la
detención en una celda oscura, o el estar de pie durante largos interrogatorios
(XX 164, 180-181 <<184, 202-203>>; XXI 502-510; 528-530 <<556-565, 583-584>>).
Kaltenbrunner y muchos otros testigos por la defensa alegaron que tales metodos
habían sido practicados por oficiales de la policia en todas partes del mundo
(XI 312 <<346>>), y que respetables oficiales de policia habían visitado
Alemania para estudiar los metodos alemanes (XXI 373 <<412>>).
Las pruebas de la defensa en este y otros asuntos relacionados constan de miles
de páginas, divididas entre las audiencias delante del Tribunal y delante de la
Comisión, así como de 136.000 declaraciones escritas (XXI 346-373 <<382-412>>;
415 <<458>>, 444 <<492>>).
Kaltenbrunner fue condenado por conspiración en el linchamiento a aviadores
aliados que habían cometido bombardeos en masa sobre las poblaciones civiles.
Los linchamientos habrían estado justificados, pero nunca tuvieron lugar. Muchos
aviadores aliados habrían sido salvados de las muchedumbres civiles por
oficiales alemanes. Los alemanes se negaron a contemplar tales metodos, temiendo
que terminasen en una matanza general de aviadores después de lanzarse en
paracaidas. Como tantos otros crímenes alemanes, esta también quedó siendo una
idea sin efecto (XXI 406-407 <<449-450>>, 472-476 <<522-527>>).
Otro crimen supuestamente cometido por Kaltenbrunner fue su responsabilidad por
el así llamado «Kugelerlass« (Decreto de Bala). Esta habría sido una orden de
ejecutar a prisioneros de guerra por medio de una máquina de medir el cuerpo (un
aparato insensato probablemente inspirado por la absurda «máquina de Paul
Waldmann« para romper cabezas por medio de un martillo accionado por un sólo
pedal) (URSS-52, VII 377 <<416-417>>).
El «Kugelerlass«, Documento 1650-PS, de ser un documento auténtico -- lo
que probablemente no es (XVIII 35-36 <<43-44>>) -- es una traducción incorrecta:
el sentido de la orden es que los prisioneros que intentasen escapar habrían de
ser encadenados a una «bola« de hierro («Kugel«), y no que hayan de ser
matados con un tiro, o «bala« (también «Kugel«). La palabra «encadenados«
aparece en el documento, pero no las palabras «disparar«, «tirar«, o «matar«
(III 506 <<565>>; XXI 514 <<568>>); Gestapo Affidavit 75; XXI 299 <<332>>). El
documento es un «telescrito«, eso es, que no hay firma (XXVII 424-428).
El término «Sonderbehandlung« (siempre traducido por «asesinato«) es un
ejemplo de la fea jerga utilizada en cualquier burocracia; sería mejor traducido
por «tratamiento individual especial« (en verdad, se trata de una palabra
normal, encontrada muy a menudo en contratos de representación comercial).
Kaltenbrunner logró probar que, en el contexto de un documento, la palabra
significaba el derecho de beber champaña y de tomar lecciones de francés. La
fiscalía había confundido un lugar de deportes invernales con un campo de
concentración (XI 338-339 <<374-375>>); (XI 232-386 <<259-427>>; XVIII 40-68
<<49-80>>). El documento de deportes invernales es Documento 3839-PS, XXXIII
197-199, una «declaración«).
WILHELM KEITEL
Keitel fue ahorcado por su
responsabilidad en atrocidades supuestamente cometidas en Rusia; por el «Decreto
de los Comisarios«; y por el «Decreto Noche y Niebla«. Las pruebas contra Keitel
consistían, en su mayor parte, en «informes« de «comisiones soviéticas de
crímenes de guerra« (XVII 611-612 <<663-664>>, XXII 76-83 <<90-98>>). Estos
documentos son sumarios con juicios, conclusiones, y generalizaciones, sin
ninguna prueba anexada o documentos de base. En estos informes, se refieren a
las agencias militares alemanas bajo nombres falsos, y son también confundidas
entre sí.
Entre los documentos soviéticos utilizados en la condena a muerte de Keitel, se
hallan los Documentos URSS-4; 9; 10; 35; 38; 40; 90; 364; 366; 407; und 470.
El URSS-4 es un «informe« que acusa a los alemanes de haber propagado epidemias
de tifus con el propósito de exterminar a las poblaciones rusas. La
responsibilidad por este crimen se atribuye al «gobierno de Hitler«, y al
«Oberstes Kommando der deutschen Wehrmacht« (Comando supremo de las fuerzas
armadas alemanas) (Véase también «Report on U.S. Crimes in Korea«, Peking
(1952) (guerra bacteriológica norteamericana.)
Los Documentos URSS-9, 35, y 38 son también informes de comisiones soviéticas de
crímenes de guerra.
El Documento URSS-90 es el juicio de un tribunal militar soviético, el cual
alega que «los invasores fascistas alemanes cometieron crímenes bestiales«,
atribuyendo estos crímenes a la «Deutsche Wehrmachtskommando« (Comando de las
fuerzas armadas alemanas).
Los Documentos originales no son anexados; órdenes específicas no se mencionan.
No se menciona el nombre de Keitel. Los otros documentos son supuestas «copias
conformes« (XVIII 9-12 <<16-19>>) de documentos poseídos por los rusos.
El objetivo del Decreto «Noche y Niebla« (XVIII 19-22 <<27-30>>) era el de
ofrecer una alternativa a la condena a muerte de miembros de la Resistencia. Fue
admitido por parte de la fiscalía que se podía fusilar a los resistentes en
conformidad con todo derecho internacional (V 405 <<456>>); pero los alemanes no
deseaban condenarlos a todos a muerte. Consideraban que las condenas de cárcel
tendrían muy poco efecto disuasivo, dado que todo el mundo creía que la guerra
terminaría en pocos años (XXI 524 <<578-579>>). El Decreto sobre los Comisarios
había tenido muy poco resultado en la práctica, en parte debido a la dificultad
de determinar cuáles prisioneros eran los Comisarios y cuáles no (XXI 404-405
<<446-447>>); XXII 77 <<91>>).
Hasta hoy se acusa a Keitel de haber bloqueado el acceso a Hitler, esto es, de
haber aislado a Hitler contra ciertas informaciones. Esta acusación, absurda
hasta el extremo, está refutada en las páginas 645-661 <<710-717>> del tomo
XVII.
Otras «pruebas« contra Keitel fueron el Documento 81-PS (citado en el discurso
inicial del Procurador Jackson), Documento 470, una «copia conformada« (eso es,
el documento fue reescrito a máquina para hacer la copia) de un «documento
original« escrito enteramente en serbo-croata (!) y que existía supuestamente en
Yugoslavia, con una «firma« de Keitel escrita a máquina (!). No se supuso que
Keitel hubiese entendido el serbo-croata; sino que el documento hubiese sido una
«traducción« de un documento escrito en alemán que los yugoslavos no tuvieron la
suerte de hallar (XV 530-536 <<578-585>>).
El caso de Keitel se halla en X 468-658 <<527-724>>; XI 1-28 <<7-37>>; XVII
603-661 <<654-717>>; XVIII 1-40 <<7-48>>.
CONSTANTIN VON NEURATH
Von Neurath fue la víctima de
una burda falsificación, Documento 3859-PS. Los checos tomaron un documento
auténtico, lo reescribieron a máquina, con extensas alteraciones e
interpolaciones, y presentaron una «fotocopia« de su «copia« (con firmas hechas
a máquina) al Tribunal. El documento original se encontraba en Checoslovaquia.
En este documento casi todo es incorrecto: la burocracia alemana era muy
compleja, y numerosos documentos de la fiscalía llevan direcciones falsas,
referencias falsas, y procedimientos falsos que no se ven inmediatamente.
Acerca de este documento, Von Neurath dijo,
«Lamento tener que decir que usted miente« (XVII 67 <<79>>; 373-377
<<409-413>>).
Von Neurath fue declarado culpable de haber cerrado las universidades checas (lo
que no es un delito bajo el derecho internacional cuando es llevado a cabo por
un gobierno de ocupación), y de haber fusilado a 9 estudiantes checos después de
una manifestación. Este crimen fue «probado« por una serie de documentos:
URSS-489, una «copia conformada«, (certificada por los checos); URSS-60, el
«informe« de una «comisión de crímenes de guerra«, que presuntamente «citaba«
las afirmaciones de Karl Hermann Frank (naturalmente, las afirmaciones no se
anexaron al informe); y URSS-494, una «declaración« de Karl Hermann Frank,
supuestamente firmada 33 dias antes de su ejecución. Las afirmaciones atribuidas
a Frank en el informe de la comisión de crímenes de guerra no fueron firmadas ni
fechadas, y se alegaba que los documentos originales estaban en Checoslovaquia
(XVII 85-90 <<98-104>>).
Numerosas «pruebas« contra Von Neurath, Schacht, Von Papen, Raeder, y otros
acusados provinieron de las declaraciones de un viejo diplomático norteamericano
residente en México (Documentos 1760-PS; 2385-PS; 2386-PS; EC-451).
Se suponía que el diplomático, Messersmith, estaba demasiado viejo para aparecer
delante del Tribunal (II 350 <<387>>); pero se negó que fuera senil (II 352
<<389>>). Las «pruebas« consistían en las presunciones de Messersmith acerca de
las motivaciones y carácteres de otras personas.
El caso de Von Neurath aparece en XVI 593-673 <<649-737>>; XVII 2-107 <<9-121>>;
XIX 216-311 <<242-345>>).
FRANZ VON PAPEN
Von Papen fue acusado de
haber conspirado con Hitler para inducir a Hindenburg para que éste tomase a
Hitler en el gobierno como Reichskanzler. Según este punto de vista, Hindenburg
habría sido persuadido que una guerra civil habría de ser inevitable, si no se
procedía de esta manera.
El Reichskanzler de aquella época, el General Von Schleicher, había intentado,
desde hacía ya mucho tiempo, gobernar ilegalmente y en violación de la
constitución sin el apoyo de los nacionalsocialistas, que gozaban de la mayoría
más grande de la historia del Reichstag. Muchas ilegalidades de Hitler datan, en
realidad, del periodo del gobierno de Von Schleicher (XXII 102-103 <<118-119>>).
Esta era la única alternativa al caos de 41 partidos políticos, cada uno
representante de algún interés financiero privado.
Los vencedores demócratas exigieron de Von Papen, en 1946, que debía haber
previsto en 1933, la intención de Hitler de desencadenar una «guerra de
agresión«, lo que quiere decir que hubiera debido conspirar con Von Schleicher
para gobernar por medio de una dictadura militar.
Von Schleicher fue fusilado más tarde durante el Putsch de Röhm. Estas
ejecuciones fueron consideradas legales por Hindenburg, lo que se probó por
medio de un telegrama felicitando a Hitler (XX 291 <<319>>; XXI 350 <<386>>;
577-578 <<636-637>>; XXII 117 <<134-135>>). También Von Papen consideraba las
ejecuciones de Röhm y sus seguidores de haber estado justificadas por el estado
de emergencia (XVI 364 <<401>>); al mismo tiempo, creía que se habían cometido
muchos asesinatos no justificados también; habría sido el deber de Hitler
ordenar una indagación y de castigar estos actos. Pero no se hizo así.
Fue admitido por parte de la fiscalía en Nuremberg que el programa del partido
nazi no contenía nada de ilegal, y que casi era hasta de alabar (II 105
<<123>>). Los nacionalsocialistas fueron declarados legales por las autoridades
de ocupación de Renania en 1925 (XXI 455 <<505>>), por la Corte Suprema Alemana
en 1932 (XXI 568 <<626>>), y por la Sociedad de las Naciones y el Ministro
General de Danzig en 1930 (XVIII 169 <<187-188>>).
No estaba claro en 1933 si el ejército apoyaría a Von Schleicher por unanimidad
contra los nacionalsocialistas, quienes gozaban del derecho de gobernar; fue la
negativa de Hindenburg de violar la constitución ante el peligro de una guerra
civil lo que llevó a Hitler al gobierno de una manera también perfectamente
legal (véase también XXII 111-112 <<128-129>>).
Von Papen fue acusado de haber cometido «actos imorales para fomentar el
Proyecto Común«, tales como haber utilizado la forma intima «Du« (tu) en charlas
con el Ministro de asuntos extranjeros austríaco Guido Schmidt (!). Von Papen
replicó:
«Sir David, si usted hubiera estado en Austria tan sólo una vez en su vida,
sabría que en Austria casi todo el mundo trata de 'du' a los demás« (XVI 394
<<435>>).
Aquellas acciones de Von Papen que no se pudieron tratar de «criminales« fueron
utilizadas para probar su «duplicidad« (sin juego de palabras). Se les atribuyó
un significado mental a sus actos con conocimiento retrospectivo.
Se alega algunas veces que las absoluciones de Von Papen, Fritzsche, y Schacht
representan imparcialidad en el proceso de Nuremberg. El proceso de Tokio, y los
otros tantos procesos de crímenes de guerra en los cuales no hubo absolución
ninguna, no constituirían prueba de lo contrario; se olvida que hubo un promedio
de aproximadamente 5 - 10% de absoluciones en los proceso de brujería en el
decimoséptimo siglo.
El caso de Von Papen aparece en XVI 236-422 <<261-466>>; XIX 124-177
<<139-199>>.
ERICH RAEDER
Raeder fue acusado de haber
«conspirado« con los japoneses en atacar los Estados Unidos. Entre los crímenes
cometidos por Raeder estarían el haber escuchado discursos, asistir a
conferencias, haber tenido conocimiento de planos contingentes, y haber aceptado
regalos en el dia de cumpleaños («participación voluntaria en el Proyecto
Común«).
Raeder probó que los norteamericanos sabían sobre el inminente ataque contra
Pearl Harbor con 10 días de anticipación, mientras los alemanes no sabían nada
(XIV 122 <<137-138>>).
La discusión de Raeder acerca de las preparaciones militares alemanas y los
discursos de Hitler serán tratados con aquellas de Von Ribbentrop (XIII 595-599
<<656-660>>; 617-631 <<680-696>>; XIV 1-246 <<7-275>>; XVIII 372-430
<<406-470>>).
JOACHIM VON RIBBENTROP
Von Ribbentrop fue ahorcado
por haber firmado el Pacto Molotov-Ribbentrop, que precedió y permitió el ataque
contra Polonia. Ribbentrop justificó sus acciones por la expulsión de un millón
de alemanes de los territorios polacos durante un periodo de veinte años;
expulsiones que fueron acompañadas por numerosas atrocidades. Quejas a la Corte
Internacional de Justicia en La Haya y a la Sociedad de las Naciones durante el
mismo periodo fueron desoídas. Las víctimas eran alemanes étnicos de
nacionalidad polaca, residentes en los territorios transferidos al nuevo estado
de Polonia en acuerdo con el Tratado de Versalles.
El 23 de octubre de 1938, Ribbentrop hizo una oferta a los polacos que el
embajador británico reconoció como razonable, llamándola una «oferta puramente
en el estilo de la Sociedad de las Naciones«. Ribbentrop pidió un plebiscito en
el corredor; la vuelta de Danzig (una ciudad 100% alemana) al Reich; la
construcción de un ferrocarril y una autopista extra-territorial a través del
corredor hacia Prusia del Este, separada del resto de Alemania a causa del
Tratato de Versalles, territorio que ni siquiera podía ser alcanzado excepto por
mar, una situación insensata; en definitiva, se solicitaba un puente terrestre
hacia Prusia Oriental (X 260-269 <<295-304>>; 280-281 <<317-318>>; 367-369
<<416-417>>).
A cambio, los polacos recibirían un provechoso acuerdo financiero: una garantia
de poder utilizar las instalaciones portuarios de Danzig y una salida para los
productos polacos a través del puerto de Danzig. El futuro del corredor se
debería determinar de acuerdo con el principio de auto-determinación. Los
polacos obtendrían una salida al mar, y los acuerdos germano-polacos (firmados
por Hitler en 1934 no obstante una amarga oposición alemana), deberían renovarse
por un nuevo período (XIX 362-368 <<399-406>>. Para la versión de la fiscalía
sobre estos acontecimientos, véase III 209-229 <<237-260)).
Este fue el «plan nazi para conquistar el mundo« que sirvió a los enemigos de
Alemania como pretexto para la guerra, incluso, más tarde, Pearl Harbor,
Hiroshima, y Yalta.
En respuesta, los polacos insistieron que cualquier cambio en el estado de
Danzig significaría guerra con Polonia. Fue ordenada una mobilización general en
Polonia. Las expulsiones de alemanes, mientras tanto, continuaban, llenando
campos de refugiados a lo largo de la frontera germano-polaca.
El embajador polaco, Lipski, habría afirmado, el 31 agosto 1939, estar
consciente de las condidiones en Alemania, habiendo servido muchos años en
Alemania. No le interesaba ninguna comunicación u oferta de Alemania. En caso de
guerra, estallaría la revolución en Alemania y el ejército polaco marcharía
triunfante hasta Berlín (XVII 520-521 <<565-566>>; 564-566 <<611-614>>; XX 607
<<661>>).
Ribbentrop testificó que esta actitud por parte de los polacos hacía que una
guerra fuese inevitable; que el problema del corredor y de las expulsiones se
tenía que resolver; para Hitler y Stalin, los territorios en cuestión habían
sido perdidos por los dos paises después de una guerra desastrosa seguida por
tratados de paz igualmente desastrosos (X 224-444 <<254-500>>; XVII 555-603
<<602-655>>).
Para los alemanes en el proceso de Nuremberg, sólo podía haber una explicación:
los polacos y los británicos habrían estado en contacto con la asi-llamada
«resistencia« alemana, la cual había exagerado enormemente su propia importancia
(XVII 645-661 <<699-717>>; XIII 111-112 <<125-126>>).
El interprete de Hitler apareció como testigo y depuso que los alemanes no
podían creer que los británicos harían la guerra cuando fue el embajador de
ellos quien admitió que fueron los alemanes los razonables. Segun el intérprete,
Paul Schmidt, hubo un minuto de silencio cuando llegó las noticia de la
declaración de guerra británica, tras lo cual Hitler se volvió hacia Von
Ribbentrop y preguntó: «xAhora qué hacemos?« (X 200 <<227>>).
El testimonio de Schmidt aclaró un comentario atribuido a Von Ribbentrop, según
el cual los judíos deberían de ser matados o internados en campos de
concentración. Lo que ocurrió, según Schmidt (X 203-204 <<231>>), fue que Hitler
estaba aplicando presiones sobre Horthy para que tomase medidas más fuertes
contra los judíos. Horthy preguntó, «xQué debería hacer yo? No los puedo matar«.
Ribbentrop, quién estaba irritado, comentó: «Hay sólo dos alternativas: o puede
usted hacer exactamente eso, o puede internarlos«. Esta observación apareció en
las actas de la conferencia en la forma siguiente: «El Ministro de asuntos
extranjeros dijo que los judíos debían ser matados o internados en campos de
concentración«. Este comentario se utilizó contra Von Ribbentrop y los otros
acusados durante el proceso, no obstante los testimonios de Schmidt (un hombre
respetado y no un nazi) que las actas no eran exactas (X 410-411 <<462-463>>).
Según Ribbentrop, Raeder, Göring, y casi todos los acusados, con excepción de
Schacht, los alemanes no estaban preparados para la guerra y no habían planeado
«agresión« (XVII 522 <<566-567>>), XXII 62, 90 <<76, 105>>).
La invasión de Bélgica, los Paises Bajos, y Francia no habían sido «agresion«,
porque Francia había declarado la guerra contra Alemania; Bélgica y los
Paises-Bajos habían permitido a las fuerzas aereas británicas sobrevolar sus
paises todas las noches para bombardear el Ruhr. Los alemanes habían presentado
protestas por escrito 127 veces (XVII 581 <<630>>, XIX 10 <<16>>).
Göring, Raeder, Milch, y muchas otras personas testificaron que Alemania, en
1939, poseía sólo 26 submarinos para el servicio atlántico en comparación con
los 315 submarinos de que se disponían en 1919 (XIV 26 <<34>>), y de una
provisión de bombas calificada por Milch como «ridícula« (XIX 4-5 <<11-12>>).
Hitler informó Milch en mayo 1939 de que no se necesitaría incrementar la
producción de bombas a plena capacidad, dado que no habría ninguna guerra. Milch
replicó que la producción de bombas a pleno sería un asunto de varios meses; se
necesitaría tiempo para alcanzar la plena capacidad. No se dió la orden de
empezar la producción de bombas a plena capacidad antes del 12 o 20 de octubre
de 1939 (IX 50 <<60-61>>; XVII 522 <<566-567>>).
La fuerzas aereas alemanas fueron concebidas para los bombardeos exactos y
puntuales de blancos determinados; los alemanes habían cooperado con los
británicos y los rusos en el intercambio de información de caracter técnico de
valor militar hasta 1938 (IX 45-133 <<54-153>>; XIV 298-351 <<332-389>>).
Los alemanes nunca construyeron -- ni mucho menos -- las cantidades de naves de
guerra y particularmente de submarinos (XIV 24 <<31>>) que les habría sido
permitido en conformidad con el Acuerdo Anglo-Alemán de 1935 (XVIII 379-389
<<412-425>>). Este acuerdo representaba un reconocimiento por parte de los
británicos de que el Tratado de Versalles estaba disuelto. Fue también una
limitación voluntariamente asumida por los alemanes, de sus armamentos navales
(XIX 224-232 <<250-259>>).
Al estallar la guerra, muchos navíos alemanes de guerra que se encontraban en
construcción debieron ser destruidos para utilizar el hierro, ya que habrían
necesitado años para terminarlos (XIII 249-250 <<279-280>>; 620-624
<<683-687>>). Según una declaración firmada por su capitán, uno de los más
grandes navíos alemanes de guerra, el Gneisenau, se hallaba en medio de un viaje
de entrenamiento cerca de las Islas Canarias, sin provisión de municiones (XXI
385 <<425>>).
Hitler habría sido un charlatán que gozaría aterrorizando a los políticos con
discursos enormemente ilógicos, que se contradecían a sí mismos (XIV 34-48
<<43-59>>; 329-330 <<366>>), e incluso entre ellos (XXII 66-68 <<80-81>>).
Precisamente por esta razón, nunca se tomaron notas estenográficas exactas antes
de 1941 (XIV 314-315 <<349-350>>).
Muchos «discursos de Hitler« habrían sido semi-mistificaciones o falsos (XVII
406-408 <<445-447>>, XVIII 390-402 <<426-439>>; XXII 65 <<78-79>>).
Los alemanes ya no se consideraban obligados al Tratado de Versalles porque sus
condiciones, particularmente el preámbulo a la Parte V, fueron violadas por los
británicos, y especialmente por los franceses. Al desarme alemán se debía seguir
un desarme general (IX 4-7 <<12-14>>; XIX 242 <<269>>, 356 <<392>>).
Hitler había ofrecido deshacerse de la última ametralladora, bajo la condición
de que los otros paises hicieran lo mismo; pero Alemania no podía quedar en una
posición debilitada para siempre, para ser atacada y aplastada en cualquier
momento. La reocupación del Renania dió a Alemania una frontera natural que
protejiera el Ruhr, y habría sido una procedimiento natural para cualquier
gobierno. Europa del Este hervía de conflictos entre estados fuertemente
armados; Prusia Oriental no era defendible; los polacos demandaban abiertamente
partes de la Alta Silesia (XII 476-479 <<520-524>>; XIX 224-232 <<249-259>>, XX
570-571 <<623-624>>).
El Acuerdo Franco-Soviético del 5 diciembre 1934 violaba el Pacto de Locarno,
violación esta que se le atribuyó a los alemanes en Nuremberg (XIX 254, 269, 277
<<283, 299, 308>>)
No estaba claro si la ocupación del resto de Checoslovaquia habría violado los
Acuerdos de Munich (X 259 <<293-294>>). Esto se hizo porque los rusos
construyeron aeropuertos en el resto de Checoslovaquia, con la cooperación de
los checos, para transformar el país en un «porta-aviones« desde el cual se
podría atacar Alemania (X 348 <<394-395>>; 427-430 <<480-484>>). Roosevelt
proclamó que los intereses estadounidenses se extendían al mundo entero y los
británicos reclamaron dominio sobre la mitad del planeta; los intereses alemanes
podían así extenderse a Checoslovaquia. La distancia entre Praga y Berlín era de
no más de media hora en avión; las acciones checas habrían supuesto una abierta
amenaza contra Alemania.
No hay tratados que duren para siempre en este mundo; normalmente llegan a ser
anticuados, para ser sustituidos por otros tratados. La pérdida de vigencia de
un tratado se prevee normalmente en el lenguaje del tratado mismo, con la
fórmula «rebus sic stantibus«. Después de 1935, Locarno y Versalles
habían quedado obsoletos.
ALFRED ROSENBERG Y FRITZ SAUCKEL
Al igual que Frank, Rosenberg
fue acusado de haber cometido «pillaje« y «robado« obras de arte. Los dos
acusados, Rosenberg y Frank, indicaron que Alemania estaba obligada a proteger
obras de arte según los términos de la cuarta convención de la Haya sobre la
guerra en tierra. Para cumplir con ello, se debían transportar los objetos fuera
de la zona de combate. Las obras fueron cuidadosamente empacadas, cotizadas, y
reparadas. Si los alemanes hubieran tenido la intención de «expoliar« o de
«robar«, no hubieran catalogado las obras con apuntes exactos del nombre,
apellido, y dirección del propietario, cuando estos eran conocidos.
Algunas obras de arte habían sido adquiridas por Göring, no para su uso
personal, sino para un museo que Hitler intentaba crear en Linz. Rosenberg había
protestado contra este abuso, con la justificación de que era su deber mantener
la colección intacta hasta el fin de la guerra, con la esperanza de que fuese
posible llegar a un acuerdo acerca de estos objetos en el tratado de paz.
Rosenberg fue también acusado de haber robado miles de vagones de ferrocarril
llenos de muebles. Los muebles habían pertenecido a judíos que abandonaron sus
hogares a la llegada de los alemanes en Paris. Se cerraron a llave los pisos de
los judíos durante 90 días, y entonces se los confiscaban, dado que hubiera sido
imposible garantizar su seguridad. Se utilzaron los muebles para ayudar a los
alemanes que habían quedado sin hogar debido a los ataques aereos y bombardeos
aliados. Una vez mas, había sido la intención de los alemanes el llegar a un
acuerdo acerca de estos objetos en el tratado de paz.
El Ministerio de Rosenberg recibía muchas quejas, las que se investigaron.
Muchas de estas quejas resultaron estar carentes de base. En el proceso de
Nuremberg, fue sencillamente dado por hecho que todas las quejas fueron
«verídicas«. Cartas escritas a Rosenberg se utilizaron como prueba contra él,
sabiéndose que las respuestas se habían perdido. Las quejas y las cartas fueron
utilizadas para probar su supuesta «participación voluntaria en el Proyecto
Común«.
Rosenberg fue acusado de haber conspirado con Sauckel para obtener «esclavos«
para la industria alemana. Rosenberg, Sauckel, Speer, Göring, y Seyss-Inquart
todos protestaban que si no hubiera sido por el bloqueo aliado, tal «pillaje« y
«esclavitud« no hubiesen sido necesarios; el bloqueo marítimo era ilegal,
provocando desempleo en masa en los territorios ocupados; a los gobiernos de
ocupación les está permitido solicitar pago en servicios para compensar los
gastos de la ocupación en conformidad con las condiciones de la cuarta
convención de la Haya sobre la guerra en tierra. Los «esclavos« recibieron el
mismo pago que los operarios alemanes, que fueron también sujetos al trabajo
obligatorio. Funk alegó que los «esclavos« habían girado 2 mil millones de
marcos en salarios a sus familias durante la guerra (XIII 136 <<153>>).
Seyss-Inquart afirmó que habían 500.000 desempleados en los Paises-Bajos como
resultado del bloqueo; si no se proveía de trabajo a estas personas
desempleadas, sea voluntario u obligatorio, serían obligadas a unirse a la
resistencia, lo que se prohibía en el derecho internacional. Las poblaciones se
habrían conformado con poder trabajar en las fortificaciones alemanas en los
Paises Bajos, dado que así se reducía la probabilidad que la invasión aliada
sucediera en los Paises Bajos. La probabilidad de una invasión aliada había sido
también la razón para la deportación de los judíos holandeses (XV 662-668
<<719-726>>; XIX 99-102 <<113-115>>).
Fritzsche y los otros acusados testificaron que los mal llamados «esclavos«
podían verse paseando libremente por las calles de cualquier ciudad alemana
(XVII 163-164 <<183-184>>); poseían bastante dinero, y tenían el mercado negro
en sus manos (XIV 590 <<649>>). Además, centenares de miles de estos «esclavos«
rehusaban dejar Alemania después de la guerra, aunque sus paises habían sido
«liberados«, y Alemania estaba devastada (XVIII 155 <<172-173>>). Es más, los
«esclavos« no se rebelaron nunca contra Alemania, ni siquiera al fin de la
guerra (XVIII 129-163 <<144-181>>; 466-506 <<509-554>>; XIX 177-216 <<199-242>>;
XXI 471-472 <<521-522>>).
Sauckel testificó que la obtención de «trabajadores esclavos« en Francia había
sido llevada a cabo por el gobierno francés y las organizaciones
colaboracionistas. Muchos trabajores querían ser «forzados« para evitar
represalias de la resistencia (XV 1-263 <<7-290>>), pero todos recibían el mismo
pago, y se beneficiaban de las mismas condiciones contractuales y de las mismas
garantías de salud y previsiones sociales que los trabajadores alemanes. Muy
lejos de cometer «pillaje« en los territorios ocupados, había sido necesario
importar grandes cantidades de equipos de gran valor. En Rusia, todo había sido
destruido por los rusos durante su retirada; cuando los alemanes importaron sus
propios equipos y los retiraron después durante su retirada, este acto fue
descrito como «pillaje« (IX 171-172 <<195-196>>).
Un ejemplo de una queja que se convirtió en «crimen« fue el caso de los
supuestos «espectadores de teatro recogidos y usados para esclavitud«. Sauckel
había investigado este caso durante varios meses y averiguó que se trataba de un
contratista que había interrumpido una fiesta de sus propios trabajadores para
transportarlos a otro sitio (XV 17-18 <<25-26>>).
A medida que las condiciones imperantes se deterioraban, se necesitaba más
impulso. Si los aliados tenían el derecho de confiscar los bienes de los paises
neutrales en mar abierto, los alemanes tenían el derecho de utilizar las
recursos de los territorios ocupados en tierra firme.
Una acusación estrechamente relacionada fue la denominada «Acción Heno«, en la
cual se alegó que 50.000 niños habían sido «secuestrados« para trabajar como
«esclavos«. Tanto Rosenberg como Von Schirach testificaron que se trataba de un
programa de aprendizaje con la intención de sacar huérfanos de guerra de la zona
de hostilidades (XI 489-490 <<538-539>> XIV 501-505 <<552-556>>). Si el
Ministerio de Rosenberg no sacaba a los huérfanos de la zona de los combates, lo
haría el ejército.
Otra acusación relacionada fue la de la organización «Lebensborn«, supuestamente
una conspiración para secuestrar neonatos después de medir el tamaño de sus
penes (de acuerdo con la creencia de algunos «historiadores« judíos
psiquicamente enfermos). En verdad, el propósito de esta organización había sido
de sacar el estigma de la ilegitimidad y de ayudar a familias con muchos niños
(XXI 654-664 de los volúmenes alemanes; se han suprimido estas páginas en los
volumenes norteamericanos. Véase también XXI 352 <<389>>.
El caso de Rosenberg aparece en XI 444-599 <<490-656>>; XVIII 69-128
<<81-143>>).
HJALMAR SCHACHT
Schacht supone una anomalia
como acusado, ya que las acusaciones hechas contra él contradicen aquellas
contra los otros acusados. Mientras que se acusó a los otros de «actos de
infamia moral« (prueba de su «participación en el Proyecto Común«) tales como el
aceptar regalos; hacer discursos de cumpleaños; ser fotografiados y firmar leyes
legalmente promulgadas por el Jefe del Estado; el haber estado de acuerdo con el
Jefe del Estado; o, si no, el haber faltado en su deber de derrocar y matar ese
mismo Jefe del Estado (evidentemente no un deber que se pueda imponer por ley),
Schacht fue acusado de todas estas cosas y, para mayor abundancia, de haber
violado su juramento de fidelidad hacia Hitler, y de haber engañado a Hitler!
Esto último se consideró como prueba de una extraordinaria perversidad (XII 597
<<652-653>>).
El comentario de Schacht acerca de la necesidad de mentir se ha mencionado
muchas veces como prueba de duplicidad nazi; se olvida de que la víctima de
estas mentiras era Hitler mismo.
Schacht se burlaba de todas estas acusaciones con una serie de chistes, hablando
aun más sarcasticamente que Göring; pero al acusador Jackson le faltaba la
perspicacia de darse cuenta que se hacía el tonto (XII 416-493 <<454-539>>;
507-602 <<554-658>>; XIII 1-48 <<7-58>>; XVIII 270-312 <<299-342>>.
La mentira de Jackson según la cual habría «forzado a Schacht a admitir que
mintió« ha sido tomada en serio por muchas personas que deberían informarse
mejor. Jackson mentía habitualmente (véase, por ejemplo, II 438 <<483>>; IX
500-504 <<555-559>>).
BALDUR VON SCHIRACH
Von Schirach fue acusado de
haber conspirado con millones de niños para conquistar el mundo en uniformes
copiados de los «Boy Scouts« ingleses. Se señaló en su defensa que el concepto
de una conspiración que contase con millones de miembros es un absurdo (XIV
360-537 <<399-592>>, XVIII 430-466 <<470-509>>.
Para promover tal fin, los conspiradores se habrían dedicado al ejercicio de
tiro al blanco con fusiles del calibre 22 (XIV 381 <<420-421>>) cantando
canciones que algunas veces se databan de hace 300 años (XIV 474 <<521>>).
En Nuremberg, los crímenes se hallaban en todas partes. En el caso contra las
S.A., un artículo de periódico sobre la manera correcta de cuidarse los pies se
citó para probar una «intención de empeñarse en una guerra de agresión« (XXI
221-223 <<248-250>>).
Von Schirach fue acusado de «estar al tanto de las atrocidades« mediante Hans
Marselek, cuyo «recuerdo« de la «confesión« de Ziereis (6 páginas entre comillas
un año después de la muerte de Ziereis) se utilizó contra Kaltenbrunner (XI
330-333 <<365-369>>; XIV 436-440 <<480-485>>).
Otro crimen cometido por Von Schirach fue el de ser «bajo y gordo« (un lider
estudiantil «bajo y gordo« habría dado un discurso anti-semita) (declaración de
Georg Ziemer, 244-PS, XIV 400-401 <<440-441>>). Von Schirach negó esta
acusación.
Von Schirach fue acusado de haber recibido informes de los «Einsatzgruppen«
(supuestos escuadrones de la muerte) en su despacho en Viena. Estos documentos
son «fotocopias« de «copias conformadas« sobre papel normal sin membrete ni
firma, escritos por desconocidos, y hallados (al menos así se afirmaba)
enterrados en una mina de sal (II 157 <<185>>) por los rusos (IV 245 <<273>>,
VIII 293-301 <<324-332>>). La matanza de Katyn (cometida por los rusos y
admitida oficialmente por el gobierno ruso en 1989) aparece en estos documentos
como un crimen alemán (NMT IX 96-117, Proceso de Otto Ohlendorf).
Se asumía que los alemanes habían matado 22.000.000 de personas (XXII 238
<<270>>), o tal vez 12,000,000 (XXII 312 <<356>>), tras lo cual se quemaron los
cadáveres y se enterraron los documentos. Los documentos eran combustibles; los
cadáveres no.
Tanto Von Schirach como Streicher fueron engañados por una «fotocopia« de un
documento en el cual Hitler habría «confesado« unos exterminios en masa (XIV 432
<<476>>; XII 321 <<349>>). Dado que Hitler era un genio (X 600 <<671-672>>, y
que los genios no matan a millones de personas con los gases de los tubos de
escape de motores Diesel y mediante insecticidas que necesitan 24 horas para
exterminar polillas (Document NI-9912), parece que el significado de este
documento ha sido sobreestimado. Por cierto, es un documento típico de Hitler:
lleno de lenguaje violento, pero pobre en contenido que se limita a los hechos.
Tampoco está claro que Hitler estuviera mentalmente sano en 1945 (IX 92
<<107>>). La «confesión« de Hitler es una «fotocopia certificada« (Streicher
Defense Document 9, XLI 547).
ARTHUR SEYSS-INQUART
Seyss-Inquart es un ejemplo
de la manera en la cual las acciones perfectamente legales fueron transformadas
por los acusadores en «crímenes« cuando eran llevadas a cabo por los alemanes,
mientras que acciones idénticas, o acciones criminales según los estatutos del
Tribunal de Nuremberg (tales como los bombardeos de Dresden, ilegal según
artículo 6b XXII 471, 475 <<535, 540>>) se consideraron como los inconvenientes
insignificantes de una gran cruzada para eradicar el Mal.
En derecho internacional, los gobiernos de ocupación tienen el derecho de
legislar como mejor les parezca, (un derecho reclamado por el mismo Tribunal,
XXII 461 <<523>>, pero contradicho en XXII 497 <<565-565>>, y se requiere la
obediencia a su autoridad. Se les permite exigir el trabajo obligatorio dentro
de ciertos límites, de confiscar bienes públicos, y de imponer impuestos para
cubrir los gastos de la ocupación. No se les obliga a tolerar la resistencia
armada, huelgas, la publicación de periódicos hostiles, ni de emplear oficiales
locales que no cumplan con sus órdenes. El firmar documentos y hacer circular
órdenes legales no son crímenes bajo el derecho internacional. Seyss-Inquart
alegó haber evitado mucha destrucción al fin de la guerra, destrucción esta que
hubiera sido ilegal (XV 610-668 <<664-726>>; XVI 1-113 <<7-128>>; XIX 46-111
<<55-125>>).
Como Reichskommissar para los Paises-Bajos, Seyss-Inquart transmitió órdenes
para la ejecución de miembros de la resistencia después de su condena por actos
de sabotaje o resistencia armada. Sin embargo, las sentencias a muerte no se
cumplieron hasta después de haberse cometido nuevos actos de sabotaje. Esto es
lo que el Tribunal consideró como «ejecución de rehenes«; pero la designación
«rehén« está errada (XII 95-96 <<108>>, XVIII 17-19 <<25-27>>, XXI 526 <<581>>,
535 <<590>>).
Para una discusión del derecho internacional desde el punto de vista de la
fiscalía, concediendo la legalidad de estas acciones, véase V 537 <<603-604>>.
Fue expresamente admitido por la fiscalía que los miembros de la resistencia
podían ser fusilados (V 405 <<455-456>>).
La cuarta convención de la Haya sobre la guerra en tierra del 18 octubre 1907
contiene una cláusula de toda participación (Art. 2); los beligerantes que
hubieran violado la convención pueden ser obligados a pagar una indemnización;
prohibe los bombardeos de ciudades indefensas y monumentos culturales, «sean
cuales fuesen los metodos de bombardeos«, (art. 23, 25, 27, 56). Sin la
ratificación de Bulgaria, Grecia, Italia y Yugoslavia; ratificada por la Rusia
zarista.
ALBERT SPEER
Albert Speer fue hallado
culpable de haber «esclavizado« millones de personas para trabajar en la
industria alemana de armamentos, supuestamente forzados a dormir en mingitorios
(Documento D-288, deposición del Dr. Wilhelm Jäger, véase «Rudolf Höss«), y
torturados en «cámaras de tortura« simuladas como guardarropas normales (los
disfraces estrambóticos sirven para permitir la presentación de objetos
ordinarios como «pruebas« de atrocidades) (Documentos USA-894, 897).
Sobre esta acusación, Speer declaró:
«Considero esta declaración una mentira... no es posible arrastrar al pueblo
alemán por al fango de esta manera« (XVI 543 <<594>>).
Speer era uno de los típicos hombres que tienen éxito bajo cualquier sistema.
Siempre sostuvo no saber nada acerca de ningún «exterminio«, pero mantenía que
habrían trascendido informaciones si la víctimas hubieran sido quemadas por
medio de bombas atómicas (una alucinación de Robert Jackson, XVI 529-530
<<580>>).
Speer alegó haber conspirado para asesinar a Hitler por medio de un gas nervioso
altamente desarrollado (XVI 494-495 <<542-544>>). El complot habría fallado
porqué el gas se producía sólo a temperaturas muy elevadas (XVI 529 <<579>>).
En realidad, el Zyklon B (insecticida con el cual se presume que los alemanes
gasearon a los judíos) presenta un problema parecido, en el sentido de que el
líquido debe evaporarse, lo que sólo se produce muy lentamente si no es
calentado. La destreza técnica de los alemanes y el estado avanzado de la
industria alemana hacen ridícula cualquier noción de un «Holocausto« por medio
de insecticidas o a base de gases de escape de motores Diesel. Sería mucho más
dificil «arrastrar el pueblo alemán por el fango« si no fuera por personas como
Albert Speer (XVI 430-588 <<475-645>>); XIX 177-216 <<199-242>>).
JULIUS STREICHER
Streicher fue ahorcado por
«incitar al odio racial«, un crimen que parece volverse cada día más popular. El
caso de Streicher es extraordinario en el sentido de que las naciones que
predican la separación de la iglesia y el estado, así como la libertad de
opinión y de prensa, conspiraron con los judíos y los comunistas para ahorcar a
un hombre por haber expresado opiniones cuya exactitud no fue discutida.
Uno de los «crímenes« cometidos por Streicher fue la publicación de un
suplemento acerca de los «asesinatos rituales judíos« en su periódico «Der
Stürmer«. Fue expresamente admitido por la fiscalía que sus ilustraciones
eran auténticas (V 103 <<119>>), y que el artículo estaba correctamente provisto
de citas. Entre las referencias de Streicher se hallaron las de al menos un
perito reconocido, el Dr. Erich Bischof de Leipzig, así como referencias a
procedimientos penales modernos (IX 696-700 <<767-771>>). En la opinión del
Tribunal, indagar la veracidad de las citas de Streicher hubiera prolongado el
proceso en forma desmesurada, de modo que no se suponía que el artículo fuese
inexacto. En vez de eso, se practicó una especie de telepatía mental, y
Streicher fue ahorcado por su alegado modo de pensar y su motivaciónes.
Otro crimen de Streicher fue el haber calificado al Viejo Testamento de
«horrible folletín criminal... este 'libro santo' abunda en asesinatos,
incestos, fraudes, hurtos e indecencia«. No se presentó ninguna prueba para
refutar tal afirmación (V 96 <<112>>).
Streicher cobró fama como «coleccionista de pornografía«, «pervertido sexual«, y
«estafador«. Tras un examen se halló que la «colección de pornografía« resultó
ser el archivo que su periódico mantenía sobre temas judíos (XII 409 <<445>>).
Sus alegadas «perversiones sexuales«, fuertemente recalcadas por los rusos,
tuvieron su origen en el así-llamado Informe Göring, un procedimiento
disciplinario del Partido presentado por uno de los numerosos enemigos de
Streicher. Esta acusación fue retirada durante el proceso de Nuremberg, y
omitida de la copia transcripta de las audiencias. Streicher fue aconsejado que
no debia responder a ninguna pregunta relacionada con esta acusación (XII 330,
339 <<359, 369>>).
La «estafa inmobiliaria« también se derivó del Informe Göring, y se refería a un
solo caso, el del Mars-Werke. El hombre responsable de las acusaciones
contenidas en el Informe, por no se sabe que curiosa coincidencia, era también
responsable de la compra (V 106 <<123>>). El informe alega que las acciones
fueron restituidas, y que el dinero que Streicher había pagado por las acciones,
5000 Reichmarks, fue reembolsado a Streicher después de las investigaciones.
Streicher había dado a sus administradores plenos poderes para actuar como mejor
les pareciese, diciendo, «No me molesten ustedes con sus asuntos financieros.
Hay cosas más importantes que el dinero«. Streicher afirmó que su periódico era
publicado en una casa alquilada hasta el fin de la guerra; el periódico no era
un órgano del Partido; Streicher no tenía nada que ver con la guerra.
Uno de los empleados de Streicher apareció como testigo y dijo: «Aquellos que
conocen a Herr Streicher como yo, saben que Herr Streicher nunca le quitó nada a
un solo judío« (XII 385-386 <<420>>).
La segunda mujer de Streicher, Adele Streicher, se presentó y testificó,
«Considero totalmente imposible que Julius Streicher hubiera adquirido acciones
de esta manera. Yo creo que no sabe ni cómo es una acción« (XII 391 <<426>>).
No se alegó en Nuremberg que Streicher hubiera escrito personalmente todos los
artículos publicados en su periódico. «Trau keinem Fuchs auf gruener Heid,
und keinem Jud' bei seinem Eid«, (más o menos: No te fíes de un zorro por el
verde prado, ni de ningún judío, aunque sea bajo juramento) traducido por la
fiscalía como «Don't Trust a Fox Whatever You Do, Nor Yet the Oath of Any Jew«
(XXXVIII 129), tomó su título de Martin Luther. «Der Giftpilz« (El Hongo
Venenoso) fue escrito por uno de los redactores de Streicher inspirado por una
famosa serie de crímenes sexuales cometidos contra niños por un alto industrial
judío, Louis Schloss (XII 335 <<364-365>>).
Schloss fue asesinado en Dachau más tarde, en lo que se describió como otra
«atrocidad nacionalsocialista«. En las discusiones de la fiscalía relacionadas
con el asesinato de Schloss, no se mencionó nunca que Schloss era un peligroso
pervertido que atacaba a los niños; al contrario, fue tacitamente sugerido que
había sido ejecutado sencillamente por ser judío, y por ninguna otra razón
(Documento 664-PS, XXVI 174-187).
Nunca se probó ningún nexo de causalidad entre los «comentarios anti-semitas« de
Streicher, Frank, o Rosenberg y ningún delito cometido. Ni siquiera se probó que
el crimen en cuestión, esto es, el denominado «Holocausto de los judíos« hubiera
sido cometido. Fue sencillamente asumido, y los escritos de Streicher fueron
supuestos de haber contribuido a «provocarlo«.
Streicher hizo algunos comentarios «altamente impropios« que se suprimieron de
la copia transcrita de las audiencias, y por los cuales fue amonestado por el
Tribunal, con el consentimiento de su abogado, Dr. Marx. Uno de estos
comentarios fue suprimido después del quinto párrafo de la página 310 de tomo
XII de la copia transcripta de las audiencias tipografiada <<página 337 linea 30
de la copia transcrita impresa alemana>>, pero se puede leer en las páginas
8494-5 de la copia transcrita ciclostilada. Streicher dijo:
«Si pudiera terminar con una descripción de mi vida, comenzaría con la
descripción de una experiencia que mostrará a ustedes, señores del Tribunal, que
aún sin el consentimiento del gobierno, pueden pasar cosas que no son humanas,
ni están en concordancia con los principios de la humanidad.
«Señores, fui detenido, y durante mi detención pasé precisamente por cosas de
las que se nos acusa y se achacan a la Gestapo. Durante cuatro días estuve sin
ropa en una celda. Se me quemó. Se me tiró al suelo, y me ataron a una cadena de
hierro. Debía besar los piés de los guardias negros que escupían mi rostro. Dos
hombres de color y un oficial blanco me escupían en la boca, y cuando ya no la
podía abrir, me la abrían con un palo de madera; y cuando pedía agua, se me
llevó a una letrina y me ordenaron beber de allí.
«En Wiesbaden, señores, un médico tuvo piedad de mí, y declaro aquí que un
director judío del hospital actuó correctamente. Digo aquí, para no ser mal
entendido, que los oficiales judíos de la guardia aquí en la prision han actuado
correctamente; los médicos que me trataron, también tuvieron consideración. Y en
esta declaración pueden ver ustedes el contraste desde aquella prisión hasta
este momento aquí«.
Otro «comentario impropio« ha sido suprimido después del primer párrafo en la
página 349 de tomo XII <<página 379 de la copia transcrita impresa alemana>>,
pero se halla en la copia transcrita ciclostilada en la página 8549:
«Para evitar todo malentendido, debo decir que en Freising me golpearon hasta
tal punto, y estuve durante dias sin ropas, que perdí el 40% de mi capacidad
auditiva, y la gente se ríe cuando hago preguntas. No puedo cambiar el hecho de
que se me trató así. Entonces, debo pedir que se me haga la pregunta una vez
más.«
A lo cual Lt. Col. Griffith-Jones replicó:
«Puedo mostrárselo, y lo repetiremos tan fuerte como usted quiera.«
Dado que se trataba de un asunto del conocimiento personal de Streicher y no
una presunción, resulta dificil comprender porque se suprimieron los
comentarios, mientras que se mantuvo toda presunción favorable a la fiscalía (en
realidad, las pruebas de la fiscalía consisten casi integramente en
presunciones, sean escritas u orales). Si las autoridades de la fiscalía no
creían las alegaciones de Streicher acerca de estas torturas, pudieron haber
examinado su testimonio en busca de incoherencias y probar que era mentira. En
vez de proceder así, Streicher fue sencillamente amonestado, y los comentarios
quedaron suprimidos. Así se acaba con la verdad, la justicia, y con todo proceso
imparcial.
Streicher afirmó que sus escritos refiriéndose al «exterminio« de los judíos
fueron provocados, en su mayor parte, por los bombardeos aliados y las
exigencias de exterminio del pueblo alemán, por parte de los aliados.
«Si en Norteamerica un judío con el nombre de Erich Kauffman puede exigir
públicamente que todos los alemanes fértiles sean esterilizados con el propósito
de exterminar el pueblo alemán, entonces, digo yo, diente por diente, y ojo por
ojo. Es un asunto puramente teórico y literario.« (XII 366 <<398-399>>). (V
91-119 <<106-137>>; XII 305-416 <<332-453>>; XVIII 190-220 <<211-245>>).